El artículo “Tras el tsunami de la crisis” de Anatxu Zabalbeascoa para El País Babelia 201012, dibuja contundentemente la transformación que la arquitectura española ha experimentado desde el aprendizaje obtenido de su grave situación económica. Moderación (adiós a las modas), giro social, recuperación (reparar también es construir), o mantenimiento, son conceptos que resuenan con mucho eco en el panorama arquitectónico propio. Amén de la aparición del corredor peatonal Francisco I. Madero y de la Plaza de la República en dicho artículo–como ejemplos análogos de la reconquista del espacio público-, hoy reflexionamos alrededor de una agenda que invita a sobrepasar la simple reseña o recuento de lo que sucede en relación al espacio habitable en México.
El pasado 11 de octubre se llevó a cabo la LXXIV Sesión de la Academia Nacional de Arquitectura a cargo del Seminario de Habitabilidad, coordinada por el Arq. José María Gutiérrez Trujillo en el Auditorio del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México. Los arquitectos académicos Arturo Mier y Terán y Mario Lazo Villareal integraron un documento base de la presentación que consistió en precisar el aparatoso diagnóstico de la vivienda, del espacio púbico, y del arquitecto en cuanto a su responsabilidad frente a “la realidad” (llámese ciudad en este caso).
A partir de preguntas recurrentes de las reuniones de trabajo que hemos tenido en lo que va del año: ¿cómo incidir en la habitabilidad de los mexicanos? ¿cuál es el rol de los arquitectos? o ¿qué habilidades requiere un joven arquitecto?, se articuló la disertación que nos pone en la impostergable necesidad de repensar la enseñanza de la arquitectura en las escuelas por una parte, y repensar también dicha realidad de frente a los gobiernos (normatividad, y legislación) por la otra. Datos cuantitativos muestran el error de la política pública en torno a la vivienda: 5'000,000 de viviendas desocupadas, 7'000,000 de personas viviendo en zonas de riesgo, dos terceras partes se la vivienda producida por los propios usuarios, y la invasión o paracaidismo –más de la mitad de la ciudad es asentamiento irregular- que reflejan la incapacidad del gobierno y de los profesionales de responder a las demandas de la población en este sentido. Pero en lo que nos toca a los arquitectos, ¿cuándo y por qué dejamos de participar? ¿Por qué lo permitimos?
Nuestra ausencia es evidente. Nuestra falta de indignación y coraje es complicidad. “Habitar, morar, alojarse, anidar, pertenecen a otra escala de valores que casi nada tendrían que ver con los enfoques actuales de bursatilización / mercado / oferta y comercio... El arte de lo real, su magia y su verdad no se puede medir en tasa de retorno o rentabilidad económica”, acota bien Maro Lazo. De hecho es un crimen materializado en focos reales de violencia e inseguridad…pero si… “esto es lo que hay”, qué hacer, cómo? Aunque fuera posible, resultaría muy inconveniente instalarse fuera de los intereses económicos a dominar la mancha urbana…El Seminario de Habitabilidad prefigura ya una propuesta inicial en 5 grandes temas de trabajo que servirán de base para construir un documento a manera de Ideario de Habitabilidad para México:
1) Repensar el marco jurídico e institucional de la habitabilidad
2) Promover la ciudad compacta. Re-densificación
3) Garantizar la calidad y la sustentabilidad del espacio habitable
4) Reconocer y fortalecer la sustentabilidad social
5) Formar al profesional de la habitabilidad
Nuestra urgente significación y participación en estas asignaturas profesionales implica el reposicionamiento nacional del diseño del espacio habitable –público y privado- como un bien necesario que nuestra práctica profesional debe reivindicar desde la habitabilidad, en el compromiso de una mejor forma de vida. Estos son los votos que hacemos para avanzar en ese urgente sentido.
JVdM