El 22 de noviembre del año pasado el arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira (Premio Pritzker 1992) recibiría la Medalla Antonio Attolini Lack 2013 por la Universidad Anáhuac México Sur en una gala sin precedentes en la Casa Prieto López del Pedregal -ahora “Casa Pedregal”-, obra del Arq. Luis Barragán (premio Pritzker 1983). La visita de Siza a México, organizada por el Arq. José Luis Álvarez Tinajero de NODE, tuvo que ser cancelada pocos días antes del evento por motivos de salud, desafortunadamente. Independientemente de un posible viaje de Siza a México en el futuro cercano -su estado de salud ha mejorado afortunadamente- llevamos a cabo la entrega personal y directamente en Portugal en un evento que si bien fue íntimo en escala –no podía ser de otra forma- tuvo gran dimensión en tanto su trascendencia y su significado; si algo es comprometedor y gratificante para una escuela de arquitectura es reconocer a las personas que con su ejemplo de vida y de obra inspiran a la formación de sus alumnos, de las futuras generaciones…a saber (ver).
El muy corto viaje (de comitiva mínima integrada por un servidor, el Arq. Álvarez Tinajero, profesor de nuestra Escuela, y en representación de los estudiantes la alumna Gemma Rodríguez Merayo que actualmente cursa un intercambio académico en la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid) consistió en una serie de visitas a la obra de Álvaro Siza, incluyendo su taller de arquitectura donde se hizo la entrega del premio, que culminó en una cena obviamente memorable –llena de croquis y dibujos de Siza- para los que tuvimos la gran oportunidad de estar allí, con él.
En mi privilegiada perspectiva, destacaría –para fundamentar la trascendencia y el significado mencionados arriba- la “atención flotante” que Álvaro Siza prestó al libro de Antonio Attolini que le llevamos acompañado del reconocimiento y de la medalla que el propio Attolini diseñó. Pasando las páginas con mucho(s) detenimiento(s) susurraba continuamente “qué bonito… mmm…qué plantas tan articuladas…qué dibujos…pero cómo no lo conocía…¿entonces el MoMA lo tendrá en su colección? que bien… muy bueno...mmm...mira esto…”
El periplo inició en Lisboa –el lunes 19 de mayo-, con el Pabellón de Portugal para la Expo Lisboa 98; un edificio espectacular pero que permanece cerrado. Siza comenta que ha elaborado varias propuestas para reutilizarlo… pero sin éxito. En esa zona ferial de Lisboa destacan el Pabellón del Conocimiento de los Mares, ahora convertido en “Pabellón del Conocimiento - Ciencia Viva” del arquitecto João Luís Carrilho da Graça (extraordinario), la ampliación del acuario por Campos Costa Arquitectos, y la estación ferroviaria de Oriente de Santiago Calatrava, abierta desde 1998 para la Expo, que aunque da cierta impresión de ser un “early Calatrava”, funciona bien y resulta sumamente fotogénica, como toda su obra.
“El Chiado” es un barrio tradicional de Lisboa, parte alta de su centro histórico, que tras un incendio en 1988 fue recuperado de sus ruinas, renovado en sus fachadas vacías y reconstruido durante una década bajo la dirección arquitectónica y urbanística de Siza…un ejemplo infinito de salvaguarda.
Un tren a Oporto –martes- y allí fuimos recibidos por Carlos Castanheira, de Carlos Castanheira Architects (y Castanheria & Bastai Arquitectos), asociado y brazo derecho de Álvaro Siza desde hace algunos años. Con infinita generosidad y sencillez nos mostró (en su taller de arquitectura) los proyectos que desarrolla con Álvaro Siza, mayormente en China, para después ofrecernos una “Ruta Siza” por Oporto: primero el Museu de Serralves con desayuno memorable allí, “en la obra de Siza no eres libre, tu miras a donde él quiere que mires”, la CasaDArquitectura, ya en su natal municipio de Matosinhos al norponiente de Oporto, que contiene el formidable Centro de Documentación Álvaro Siza en lo que fuera la casa de sus padres; el famoso restaurante “Casa de Té Boa Nova” cuya renovación está a punto de concluir (gran privilegio que nos lo mostraran hasta sus entrañas en obra casi terminada); la piscina en la playa de Leça de Palmeira “el no edificio” de los favoritos de Castanheira por fundirse en el paisaje rocoso frente al mar…una exaltación. Un paseo de regreso a Oporto –todo muy cerca en relación a las distancias a las que estamos acostumbrados…- reconociendo obras de Siza y de Soto de Moura, llegamos al edificio de usos mixtos “Boavista”, de siete niveles y cuatro fachadas distintas, para aproximarnos hacia el despacho de Álvaro Siza, deteniéndonos antes por las famosas viviendas sociales “Bouça” que Siza proyectó con delicadeza y un espíritu de ciudad plural y de espacio público de convivencia. Finalmente llegamos al edificio de oficinas en el que se encuentran los despachos de Siza y Soto de Moura, proyectado por el mismo Siza entre 1993 y 1997, otra maravilla. Allí encontramos a Siza fumando su cigarro Camel y trabajando con un lápiz en la mano.
Gracias a la inmensa hospitalidad de Clara Bastai, todavía el miércoles por la mañana, antes de iniciar el viaje de regreso a México por la tarde, vistamos la Iglesia de Santa María en Marco de Canaveses y la fantástica Escuela de Arquitectura de Oporto en su totalidad…algo así cómo el postre y la grappa con la que sellamos el breve sueño de reconocer a nuestros grandes maestros. Cualquier agradecimiento por la oportunidad y por todas las atenciones recibidas en esta fugaz experiencia siempre será insuficiente, resulta impagable, aún así lo intento a través de estas líneas.
JVdM