Con Perspectiva 12feb2014 / "De más conferencias y eventos."

La etapa final de un concurso de arquitectura -como participante- generalmente demanda aceleración y concentración adicional a la de cualquier día. A veces, dependiendo de la escala de la competencia, pierdes la noción del tiempo ajeno a la fecha límite de entrega. El pasado martes enviamos uno a tierras lejanas (insistiendo en los concursos internacionales), con la satisfacción de haber cumplido con el deber (de haber dado el mejor esfuerzo), mismo día en que iniciaron los festejos del 50 aniversario de la Universidad Anáhuac, mi alma máter, y con la sensación de que todo vuelve a su velocidad cotidiana. Circunstancial a fin de cuentas (felicito a mis colaboradores "deseándonos" éxito), inicio esta reincorporación al mundo con agradecimientos pendientes antes que nada.

El miércoles antepasado, tuvimos el gusto y el privilegio de recibir al Arq. Billy Springall (Cd. de México 1962), socio fundador de  Springall + Lira, firma que ya cuenta con un importante portafolio de obras y proyectos repartidos principalmente entre México y España. Una conferencia abundante y muy bien preparada a partir de la presentación de una selección de ideas, obras y proyectos en tres escalas diferentes. Primero un diseño interior para un hotel preexistente, transformándolo sin interrumpir su funcionamiento con estrategias muy novedosas de arquitectura de interiores...la librería Gandhi de Monterrey, en una escala intermedia que explora las bondades y los límites de la caja y la techumbre "exenta"; un atractivo conjunto habitacional en Querétaro con forma de una gran  celosía, y finalmente una plato fuerte de gran escala integrado por los proyectos de la envolvente para Liverpool en el Paseo Tollocan  -“una suave cesta”-, un poderosísimo concurso (en colaboración con Bernardo Gómez-Pimienta) para la Corte Internacional de Justicia en LaHaya, terminando con el imponente Call-Center del Banco Santander, que en colaboración con el solvente despacho español Estudio Lamela Arquitectos, trastoca positivamente el contexto de Querétaro desde el automóvil. Las formas circulares recurrentes en los proyectos de gran escala detalladamente presentados, se identifican en lo medioambiental y de consciencia energética en un excelente hilo conductor. Un lujo que apreciamos con gratitud.

Seguidamente, el pasado miércoles recibimos con gran agrado también al arq. Arturo Ortíz Struck (1969). El tema, acaso una estrategia eficazmente pedagógica para los estudiantes de arquitectura, es provocar una caída de veinte en cuanto al ámbito laboral y las posibilidades de nuestro quehacer en un amplio sector de la  sociedad que, en apariencia, no nos necesita. Abordando a la ciudad como un espejo de la sociedad, la primera parte de la charla es un bombardeo de imágenes introductorio en tres bloques tipológicamente contrastantes: casas "voladoras" en Bosques de las Lomas, cuartos de servicio, y hoteles de paso. Y desde la ostensible falta de correspondencia entre la sociedad y lo que supondría ser nuestra ciudad como su reflejo, Arturo nos presenta una clarísima perspectiva de la vivienda como generadora -en gran parte- del citado desajuste. "Lo que menos importa en el problema de la vivienda, es la vivienda". Minusvalía, negocio financiero, o el cáncer del las innumerables ciudades dormitorio convertidas en centros de violencia, de nueva cuenta subrayan la urgencia de un gremio aparentemente innecesario, pero que en realidad siempre es urgente. ¿y qué podemos hacer?, poner en evidencia el error histórico de una ciudad en la que no puedes ejercer tus derechos es un comienzo al fin y al cabo. Aterrizando en propuestas específicas de vivienda mínima en las zonas más vulnerables de la ciudad, además de un extenso y afortunado estudio de caso, la charla concluye con la presentación de un nutritivo ejercicio de represamiento que en su conjunto, ha merecido diversos premios, publicaciones y becas a Arturo Ortiz Struck y a su Taller Territorial de México. Aquí mi enhorabuena con gratitud.

JVdM