El término accesibilidad como sustentabilidad o medio ambiente, no es una etiqueta que atiende a modas o a períodos históricos como modernidad, minimalismo o deconstructivismo. Se trata de una toma de conciencia o de “caída del veinte” más o menos reciente del ser humano (segunda mitad del S.XX). Hablar de accesibilidad es hablar de inclusión y de un derecho fundamental para todas las perosnas –no solo discapacitadas- en tanto habitamos nuestro planeta: poder movernos con libertad en cualquier lugar, hacer uso de cualquier objeto, espacio físico o cualquier servicio, inclusive. Ingresar, transitar, permancer en un lugar con seguridad, con comodidad y con autonomía. Responsablemente se trata de una cualidad inhernete a lo habitable; lo habitable es accesible en principio, aunque no simpre y no para todos, desafortunadamente.
Hace pocos años el arquitecto norteamericano Michael Graves -famoso protagonista del movimiento postmoderno- sufrió una extraña enfermaedad que debilitó su cuerpo quedando en silla de ruedas de un día para otro. A partir de su experiencia se dedicó a diseñar con gran éxito habitaciones de hospitales y mobiliario mucho más adecuados para las personas con movilidad limitada. Su caso ilustra la necesidad de un enfoque mucho más sensible ¡simplemente en la infraestructura para la salud!. Sólo un dolor de espalda o una fractura, aunque sea menor, es suficiente para “experimentar” la necesidad de lo accesible; no hay que estar en silla de ruedas, cualquier mamá (o papá) con su carriola se dará cuenta inmediatamemte de la importancia de la accesibilidad.
En lo personal, tuve conciencia y “me cayó el veinte accesible” hace varios años cuado conocí al Arq. Antonio Uvalle, quien en plena carrera de arquitectura sufrió un accidente que le dejó sin poder caminar por el resto de su vida. Desde entonces le tengo presente en todos los proyectos que hago y su gran ejemplo de vida me ha enseñado a entender la accesibilidad mucho más allá del simple cumplimiento de algunas normas elementales. Así, desde nuestra Escuela de Arquitectura promovemos el hábito de proyectar cualquier espacio con “diseño universal” sostenidamente, no solo como un valor agregado de la arquitectura que produciremos sino como una práctica indispensable en la formación integral de nuestros alumnos. En ese sentido, con perspectiva de formación integral, la accesibilidad -como la sostenibilidad o el medio ambiente- no concierne exclusivamente a la arquitectura, sino que se trata de un valor universal y por lo tanto de cultivo interdiciplinario en el convencimiento de que representa la posibilidad de una mejor forma de vida. Agradezco el privilegio de participar en este espacio de nuestra Revista Integra, y sobre todo en este número tan importante.
JVdM