El Tomo II del Ideario de los Arquitectos Mexicanos de Ramón Vargas Salguero y J. Victor Arias Montes , titulado Los olvidados, compila textos –artículos en su mayoría para las secciones de Arquitectura del Excélsior y del Universal- que van desde 1917 hasta 1929, pero que –increíble y paradójicamente- iluminan perfectamente nuestros días. Inicia con la Constitución Política de los Estados unidos Mexicanos - artículos 4º y 123- (5 de febrero de 1917) que revisamos previamente en esta columna, y seguidamente Planes de Estudio de 1922 y 1928 por la Escuela Nacional de Bellas Artes y de 1931 por la Escuela Nacional de Arquitectura de de la Universidad Nacional de México, además de Programas de Teoría de la Arquitectura, también de Bellas Artes. La belleza de nuestros muros (1920), es una colección de textos y artículos para el Excélsior (1924) de Federico Mariscal, que ofrecen un panorama nítido sobre el contexto nacional en la década de los 20´s: estilo, identidad, la función social del arquitecto en México y la necesidad (visionario) de reglamentar nuestro ejercicio profesional (1929). ¿Conviene crear una Facultad de Arquitectura? de Alfonso Cravioto (1917) es la reflexión histórica que decidirá…”si la escuela de arquitectura debe quedar comprendida dentro de las disciplinas universitarias”. Arquitecto Inglés que habla de nuestras casas (1922) de Charles J.S. Hall –un arquitecto que hizo mucha obra en México- y que critica severamente la imitación de arquitecturas extranjeras en nuestro País. Errores muy generalizados sobre arquitectura colonial de Guillermo Zárraga (1922), también ”regaña" de ignorar nuestra fuerte tradición arquitectónica llamando oportunidades perdidas a las colonias de Santa María, San Rafael o Juárez, formadas con arquitecturas de presunción o engaño. 1925 será el año de la casa popular (1924) de Bernardo Calderón y Casso con Juan Galindo es un mega-propósito de dignificar la vivienda de México a partir de un año de “apostolado de reconstrucción” de habitaciones para la formación de nuevos barrios obreros… El carácter de la arquitectura nacional (1924) de Juan Galindo Pimentel, en el que nuevamente se lamenta de nuestra afición por “la novedad de lo extranjero”, seguido de Vasconcelos y la arquitectura (1924) de Alfonso Pallares, una serie abundante de artículos en los que reflexiona notablemente sobre habitabilidad, la casa-habitación y sobre la arquitectura nacional. Sobre la tan debatida cuestión del arte colonial (1924) de Luis Prieto y Souza para el Universal presenta 4 artículos de arquitectura con compromiso social introduciendo en el último (En pro de la ciudad) el concepto “Arte Cívico”, como el arte de hacer ciudades parcial o integralmente. El problema de la habitación sigue en pié (1925) de Bernardo Calderón y Caso es un artículo que refleja ya la preocupación de la falta de vivienda y de planificación regional. La planificación de la República Mexicana (1925) de Carlos Contreras esboza detalladamente el establecimiento de un Departamento encargado de la planificación de la República Mexicana, y seguidamente se encuentran artículos notables de la Revista Planificación que el mismo autor funda en 1927. Los problemas del Urbanismo en su relación con los Espacios libres, las arboledas y las reservas forestales de Miguel Ángel de Quevedo (conocido como el Apóstol del Árbol) es un artículo tomado también del primer número de la Revista Planificación de 1927. El pabellón de México en Sevilla (1929) de Manuel Amábilis, reseña una memoria descriptiva detallada del concurso, del proyecto desde su concepto y de la obra. Por último No es la arquitectura rama de la ingeniería (1929) de Nicolas Mariscal, sella la discusión y despeja la duda “ciencia-arte” de la Arquitectura como Construcción Artística.
Volviendo a nuestros días, en un contexto que apunta hacia la “educación en línea” (sobre la que hablaré próximamente) me quedo con el re-pensamiento como actividad inherente y fundamental de la arquitectura de todos los días.
JVdM