Con Perspectiva 26mar2014 / "Notas y noticias primaverales"

Recibí a Julio Gaeta (de Gaeta / Springall Arquitectos) el pasado miércoles en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Anáhuac México Sur. Impartió una espléndida conferencia tanto por el mensaje y su discurso apasionado, ameno, como por el rico contenido de obras, proyectos y los recientes concursos ganados: el del Memorial para las Víctimas de la Violencia hace casi dos años, el de la curaduría y el pabellón para la Bienal de Arquitectura de Venecia muy recientemente, y los segundos lugares en el de La Merced, y en el del Pabellón de México para la Expo Milán 2015, también recientes.

Su práctica siempre ha sido compartida académica y profesionalmente, por lo que al iniciar la presentación se refirió al gran arquitecto español Alberto Campo Baeza –algo muy presumible-, de quien fuera su alumno. La dualidad en este sentido “te ayuda a estudiar lo que tienes más cercano, y eso siempre es la ciudad”. Estirando su concepto tomado de la frase de Octavio Paz “condenados a ser modernos” para la curaduría y el pabellón de México en la Bienal de Arquitectura de Venecia, se anticipa advirtiendo ser o estar “condenados a concursar”, habiendo ganado recientemente 2, o 4, pero con una participación en más de 30 concursos de arquitectura. Si bien su trabajo es poderoso en cuanto a su representación gráfica –algo que se ha cuestionado en algunos medios de comunicación arquitectónica moderadamente sobre sus recientes logros- el poderío (si se me permite el término para calificar el alcance de su trabajo y la forma de representarlo) es común en todos los proyectos presentados en la ponencia que superó la expectativa sobradamente. Contagiados por la pasión transmitida, acaso mayormente con el proyecto para el Memorial por las Víctimas de la Violencia en el Paseo de la Reforma, agradezco muy resumidamente su valiosa participación.

El pasado jueves dio inicio Mextrópoli, Primer Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad presentado por Arquine con la inauguración de la exposición “(con) secuencias formales” y un monumental programa de conferencias y actividades que ya está contribuyendo a la generación de conocimiento y de conciencia en la ciudadanía toda.

A manera de paréntesis debido a una situación fortuita y providencial a la vez, conocí la ciudad de Tapachula hace pocos días. Gracias a la guía experta del Arq. Hans Kabsch Vela, vi una suma de edificios modernos –nuevamente- que hacen de este lugar un inigualable laboratorio “en potencia” de salvaguarda y reutilización. Agradezco a Hans la hospitalidad, el recorrido nocturno y la valiosa información deseándole mucho éxito en la inmensa labor de concientización y activismo que realiza en esa región fronteriza de increíble riqueza patrimonial del siglo XX.

El pasado viernes, se llevó a cabo la esperada conferencia magistral del arquitecto norteamericano Steven Holl en el Polyforum Siqueiros organizada por NODE / A Creative Nexus. De tradición académica (profesor numerario en la Universidad de Columbia) y con muchísima obra de incuestionable calidad de exportación, la ponencia abarcó particularmente la producción de Holl en China, dictando a través de sus proyectos (orientales) más recientes (siempre antecedidos por sus famosas acuarelas) un manifiesto de 5 puntos que promueve con rigor un profundo respeto por el lugar y un subrayado compromiso humanitario…una gran obra de radical expresividad que se reconoció con el Premio Kalmanani, otorgado por NODE y que esperamos ver reconocida con el Premio Pritzker, debido al probado “olfato” que José Luís Álvarez Tinajero, líder del colectivo NODE ha demostrado en sus otorgamientos proféticos tanto a Toyo Ito en el 2009 (Premio Pritzker 2013) como a Shigueru Ban en el 2012, quien fue anunciado el pasado lunes como el ganador del Pritzker 2014.

En relación a la noticia, lo primero que llama la atención es que el premio se haya concedido a un arquitecto japonés nuevamente. Es el 7o que lo obtiene, el 3o en los últimos cinco años, y eso es una reiteración de la supremacía de la arquitectura japonesa. En cuanto al otorgamiento a Shigeru Ban el premio (me) parece merecido sobre todo porque reconoce una postura social y humanitaria –Shigeru Ban se ha destacado particularmente por proyectar y gestionar una arquitectura para la emergencia- que introduce un cambio de paradigma a la recurrente disyuntiva "impresión o emoción", anteponiendo el término "solución" como lo verdaderamente importante del quehacer del arquitecto. Trabajar de manera altruista (según lo afirma en algunas entrevistas) para los grupos más vulnerables que habitan el planeta no es poca cosa, y representa en sí el desarrollo de un conocimiento que Ban ha generado desde la investigación con materiales como el cartón o el papel, lo que se traduce en una decisión acertada del jurado en cuanto a la visión del premio que parece alejarse definitivamente de la arquitectura espectacular. Si bien el Centro Pompidou en Metz o la Christchurch Cardboard Cathedral en Nueva Zelanda son edificios cuestionablemente atractivos (tiene mucha obra, casas y pabellones), la visión humanitaria de su obra y pensamiento, a saber, le merecieron el premio.

JVdM