Con Perspectiva 12dic2012 / "Oscar Niemeyer (1907-2012)"

El pasado 5 de diciembre falleció Oscar Niemeyer, a sus 104 años,  dejando a la humanidad una vasta obra patrimonial.

Su vida se definió por momentos específicos que propiciaron la explosión de su gran talento. Profesionalmente inició trabajando en la oficina de Lucio Costa (pionero del modernismo en Brasil) a mediados de los años 30´s en búsqueda de una arquitectura moderna con vocación de servicio, conociendo a LeCorbusier y colaborando en el edificio del Ministerio de Educación y Salud (1936-43) en Río de Janeiro. Para Niemeyer, LeCorbusier fue el “fundador de la arquitectura contemporánea” y se identificó con él, sobre todo, por la vertiente plástico-artística que el maestro suizo integraba a la funcionalidad. Varias historias de grandes arquitectos latinoamericanos del S.XX como Rogelio Salmona de Colombia o Teodoro González de León de México, tienen que ver en su génesis con la formación que significó LeCorbusier en su desarrollo profesional, marcado por el nuevo paradigma “Esprit Nouveau” que direccionaba a la arquitectura de la primera mitad del siglo XX.

En el caso de Niemeyer, la Obra do Berço (1937), su primera obra individual, ya transmite un pensamiento comprometido con la modernidad en una composición ortogonal y “orgánicamente” libre. Niemeyer se destacó tempranamente por la exploración de curvas y de formas contrastantes al ángulo recto y la estandarización propia del modernismo, adoptando al concreto armado como material que potencializó hasta sus límites la forma sensual de su arquitectura. Además del notable pabellón brasileño para la Feria Mundial de Nueva York  que realiza con Lucio Costa en 1939, la obra que produce a principios de los años 40’s alrededor de la Laguna de Pampulha, en la ciudad de Belo Horizonte (me) resulta particularmente interesante y pre-figurativa de su astronómica carrera como arquitecto: un Casino, un Club de Yates, la extraordinaria Capilla de San Francisco de Asís,  la “Casa do Baile” o la Casa Kubitschek, del entonces alcalde pero futuro presidente de Brasil y promotor de Brasilia, Juscelino Kubitschek.

A la distancia en el tiempo y el espacio, la obra de Oscar Niemeyer presenta muchísimos edificios memorables (parece que los conoces desde siempre) con tipologías que resultan imposibles de comprender si son extraídas de sus diversos contextos, Rio de Janeiro y su Museo de Arte contemporáneo de Niterói, Belo Horizonte, o Sao Paulo y su Edificio Copan, por ejemplo. La singular Brasilia con su anhelo de convertirse en una “Capital de la Esperanza” sin clases sociales, fue una especie de realidad utópica convertida en Capital del País, proyectada por Lucio Costa en lo urbano, con la ayuda de Roberto Burle Marx en el paisaje  y por Niemeyer en lo arquitectónico. El Palacio de Planalto –sede del ejecutivo-, el Congreso Nacional con la famosísima composición escultórica de las torres y los dos platos en posiciones invertidas, la Catedral, el Palacio da Alvorada – residencia oficial-, o el Palacio de Itamaraty –su cancillería-  materializan acaso un anhelo ingente de mejor forma de vida desde la sociedad y su gobierno. Aquí la arquitectura de Brasil adquirió voz propia, con cierta “cadencia”, de color blanco, y sabor a bossa nova  resonante a su cultura. Si bien el resultado de Brasilia como ciudad puede ser distinto a lo planeado, la obra posterior a Brasilia, desde el exilio en 1966 y posterior a su regreso a Brasil en los 80’s, consolidó su vocabulario y su producción no dejó de sorprender nunca. Ganó entre otros premios, el Pritzker en 1987, el Príncipe de Asturias en 1989, La Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects en 1998, o el Premio Imperial de la Asociación de Arte de Japón  en 2004, además de Doctorados Honoris Causa y diversas Medallas de Oro.

También llamado “poeta de la curva”, Oscar Niemeyer siempre fue un luchador social que en su búsqueda hizo suya la preocupación por la desigualdad e injusticias del planeta. En ese sentido la frase “La belleza también cumple una función”, es su mayor legado e inspiración. Sirvan estas brevísimas líneas como condolencias desde México para Brasil.

JVdM