Escribí por encargo de estudiantes de Arquitectura algo sobre la “Sociedad del Espectáculo”, hace poco más de siete años. Nunca supe por qué eligieron ese tema, pero con mucho entusiasmo y más bien poca información les envié, entre otras líneas: “El concepto (…) remite al título de Guy Debord, quien lo creó en 1967. Es uno de los textos que motivó el movimiento del 68 en Francia, e introdujo el concepto de la “representación” como nueva versión de la realidad, argumentada desde el “ser-tener” y el “tener-parecer”, que a su vez derivan en el término “mercancía”, como colonizadora de la vida social…De alguna manera se trata de los antecedentes de la sociedad de consumo: el espectáculo como imagen invertida, yo diría distorsionada, que sustituye la mercancía por las personas”.
Actualmente el contexto está infiltrado por las redes sociales y por un torrente de información y datos muchísimo más complejo que el de hace siete años, cuando escribía sobre lo que pasaba hace cincuenta años. En esta vertiginosa velocidad de datos que recibimos en nuestros smartphones, tabletas o computadoras en tiempo real, tanto de extraños como de conocidos, desde pésimos hasta excelentes, habría que leer por un lado a plumas confiables, ahora que todos opinan, y por el otro, habría que observar o admirar “lápices” confiables. Aludo a pluma en lo que se escribe, mayormente desde cualquier teclado, y lápiz en lo que se dibuja o representa, casi desde cualquier software o dispositivo. Reiterando mi interés y curiosidad sobre esa tensión pluma-texto / lápiz-dibujo y el concepto “composición” como “intersección de ambos conjuntos”, puedo constatar que ahora las propuestas de diseño –los designios- están impregnadas por estéticas de la “buena-ondés” o el “coolnes” (percepción-simpatía) a lo que todo, absolutamente todo parece responder hoy; “hoy”, un término que, más que al presente alude a lo efímero o a lo temporal, me temo que antípoda de lo eterno. Lápiz-Pluma me lleva a buscar también la analogía en las redes sociales de hoy, estirando la curiosidad; Twitter más noticioso, de opinión aguda, muy ocurrente en el buen sentido de la palabra, Facebook e Instagram sobre todo desde la imagen que incorpora lo textual con las recientes herramientas incorporadas por la aplicación, en donde, curiosamente las “historias” duran un día y las “noticias” quedan en tu “muro” o tu portal de manera indefinida, aunque efímera en tanto que la gente las ve fugazmente…”like“ o “next” deslizando el dedo…así.
Este concepto de fugacidad destruye al de la anhelada eternidad que buscamos los arquitectos transformando dicho anhelo en ruina anacrónica dentro de un contexto ingente de imágenes: el contexto de la imagen. Considero que es algo que sí acota el quehacer arquitectónico, sin importar si se trata de simples “posts” proyectos u obras construidas. Tampoco es algo tan nuevo. A veces pasa que cuando estás por primera vez frente a alguna obra arquitectónica muy expuesta en imágenes y muy vista anteriormente, no te sorprende tanto, salvo que sea extraordinaria o “eterna”. Lo viví, por ejemplo, con la capilla en Ronchamp de Le Corbusier. Tras una peregrinación para llegar al lugar, la había visto tantas veces durante la carrera y en la vida profesional que me pareció que ya había estado allí antes. Quizás algún día regrese a ver la intervención de Renzo Piano en las inmediaciones. Lo que sí sigue siendo muy potente es la imagen de Ronchamp como tal. Quizás su eternidad está en la imagen, muy presente todo el tiempo, más que en su existencia física (sin dejar de reconocer que esa obra arquitectónica hizo avanzar hacia adelante el reloj de la historia de la humanidad…). La imagen es lo que se queda en la memoria, que es inclusive, sueño en potencia, o un “selfi” fugaz.
El texto sobre la Sociedad del Espectáculo terminaba con cierta reflexión sobre el Pritzker de aquel año (Wang Shu), en la que celebraba la arquitectura racional y moderada sobre la arquitectura del espectáculo o del star-system, que en el sentido de este texto sería el firmamento de arquitectos más activos en redes sociales. Recientemente, tal espectáculo de la imagen brilló muy ostensiblemente desde mi perspectiva al ver –entre muchos otros ejemplos- la cantidad de propuestas que aparecieron en redes sociales para la Catedral de Notre Dame en París. Qué velocidad para producir renders antes de que siquiera pudiéramos soñar con las bases para un concurso internacional. La imagen que sustituye la mercancía por personas se ha convertido en la que sustituye a las personas por sus sueños.
JVdM
P.D.
Enorme felicitación a Pedro Ramírez de Aguilar, Cristóbal Ramírez de Aguilar y Santiago Sierra de RA! Arquitectos por la obtención del primer lugar en el II Concurso Félix Candela.
Enorme felicitación a Mauricio Rocha y Gabriela Carrillo por haber recibido merecidamente la Medalla de Oro Palmarés de la Academia Francesa de Arquitectura.
Enhorabuena.