Con Perspectiva 19sep2012 / "Ideario de los Arquitectos Mexicanos (I)"

El pasado 6 de septiembre se llevó a cabo en Bellas Artes la presentación del “Ideario de los Arquitectos Mexicanos” de Ramón Vargas Salguero y J. Victor Arias Montes. Un libro en tres tomos que nace imprescindible para cualquier arquitecto, toda vez que se trata de una recopilación diversa de artículos y ensayos producidos por arquitectos que reflejan con gran precisión el pensamiento en torno a nuestra profesión, acotado a un período que va desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX; poco más de 100 años. Un valioso documento historiográfico.

Además de los autores y de los presidentes de la Academia Nacional de Arquitectura y del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, en el presídium comentaron la obra con erudición el Dr. Xavier Cortés Rocha, el Dr. Xavier de Anda Alanís, y el Dr. Alberto González Pozo, con una acertada reflexión final del Arq. Antonio Toca: “…la crítica, las ideas y la reflexión anticiparon movimientos y edificios. Los textos anticipan a las obras además de servir para explicarlas. El crítico puede anticipar el espíritu de la época y su tarea puede ser creativa...”

El Tomo I subtitulado Los precursores presenta como texto inicial el Plan de Estudios para las carreras de Arquitecto, Ingeniero, Agrimensor y Maestro de Obras, en la Academia de Nobles Artes de San Carlos (1857) con una selección de la Ley Orgánica de la Instrucción Pública en el distrito Federal (1868), que muestra perfectamente cómo se formaban (en cuanto a asignaturas y pedagogía) los arquitectos de la segunda mitad del XIX. Seguidamente el artículo Sobre la necesidad de un estilo moderno de arquitectura (1869) de Manuel Gargollo y Parra, pone de manifiesto tanto el deseo de un estilo nuevo y nacional apropiado a nuestro país, como un lúcido análisis de la ingeniería y la arquitectura como disciplinas vinculadas que avizora la dilatada discusión futura: “ciencia y/o arte”.

Estudios estéticos (1890), artículos de cierto autor que firmaba “Liber-Varo” mayormente en el diario El Nacional. Exposición general de algunas de mis ideas sobre la moderna teoría científica del Arte (Selección) (1894), de Manuel Torres Torija, Las Bellas Artes en México en los últimos veinte años (1898) de Manuel G. Revilla, Apuntes de órdenes clásicos y composición de arquitectura (Selección) (1898) de Jesús Galindo y Villa, Bellas Artes. Arquitectura I-II (1899) de Carlos Herrera, La arquitectura y la arqueología (1899) de Luis Salazar, Arqueología y arquitectura mexicanas (1899) de Tepoztecaconetzin Calquetzani - Francisco M. Rodríguez, El Palacio Legislativo Federal (1900) de Antonio Rivas Mercado (espléndido texto en el que vienen los pormenores del famoso concurso, también citado en esta columna el pasado 27 de enero). El desarrollo de la arquitectura en México (1900) un discurso de Nicolás Mariscal (quien fundó la importante revista “El Arte y la Ciencia” en 1899, que sirvió de fuente de muchos textos seleccionados en la publicación del Ideario), Proyecto de plan de estudios para la enseñanza de la Arquitectura en México (1902) de Nicolás Mariscal y Samuel Chávez, Arquitectura de paisaje (1905) de Leopoldo Salazar, El ideal de la arquitectura moderna (1907) de Manuel Torres Torija, Consideraciones acerca de la arquitectura doméstica (1907) de Jesús T Acevedo y por último La patria y la arquitectura nacional (Selección) (1913-1916) una serie de resúmenes de Conferencias impartidas en la Casa de la Universidad Popular Mexicana por Federico Mariscal.

El libro (refiriéndome a los tres tomos) viene presentado por Consuelo Sáizar, Presidenta del Conaculta, por Teresa Vicencio Álvarez, Directora General del INBA, por Jorge Tamés y Batta, Director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM y prologado (aquí sí en cada uno de los tres tomos) por Ramón Vargas Salguero. Una lectura ineludible que –desde mi perspectiva- invita a comprender la arquitectura en su contexto histórico, acaso en tiempo real como tránsito fugaz entre lo pasado y lo futuro.

JVdM

Con Perspectiva 12sept2012 / "Delegación Miguel Hidalgo 2012-2014"

El pasado lunes un grupo de arquitectos y urbanistas de diversos ámbitos fuimos invitados a un encuentro con Victor Hugo Romo, próximo delegado de Miguel Hidalgo. El evento se llevó a cabo en la Casa Luis Barragán (Tacubaya), con la siempre generosa hospitalidad de Catalina Corcuera, Directora de la casa, y estuvo convocado por el Arq. Carlos Ruíz de Chávez, Ex Director de la Escuela de Arquitectura de la Anáhuac México Sur y Director del Centro Metropolitano de Arquitectura Sustentable C+. El motivo del encuentro fue conocer y comentar la visión del próximo Delegado en cuanto al desarrollo urbano de la Delegación, en plena etapa de transición y pulimento de su plan de gobierno, así como conformar un Consejo de Desarrollo Urbano de la Delegación.

Representativa del “Poniente de la Ciudad”, la Delegación Miguel Hidalgo es una de las de mayor contraste del DF. Cuenta con más de 80 colonias de las que 59 son muy populares, alrededor de 2 mil vecindades, pero a la vez es la Delegación Política más importante en cuanto al tamaño de su economía y su aportación de poco más del 20% al PIB del DF.

A manera de introducción se dieron a conocer algunos antecedentes sobre el estatus del los Planes Parciales de Desarrollo Urbano de Polanco y de las Lomas de Chapultepec, y acto seguido Victor Hugo Romo nos transmitió sus intensiones con cierta vehemencia. Llamó la atención su buen grado de familiarización (él es economista de formación…) en temas de urbanismo, medio ambiente, espacio público y sostenibilidad, así como su convencimiento en cuanto a la dirección sustentable por la que debe apostar la delegación y la ciudad en su conjunto.

Entre muchas ideas e iniciativas, reconoció que la banqueta es el espacio público por excelencia, que promoverá la peatonalización y la “bicicletización” (se llamó “bicidelegado”) sobre todo para consolidar la conexión con la vecina Colonia Condesa, y que actuará en consecuencia en temas de vivienda, uso del suelo, el Bosque de Chapultepec en sus 3 secciones, promoviendo (interesante y acertadamente) corredores socio-culturales a partir de la recuperación de espacios públicos en colonias de valor patrimonial como es el caso de Tacubaya, por mencionar sólo algunos.

En una dinámica ordenada de presentación y comentarios, todos los reunidos allí expresamos más que disposición, parabienes o buenos deseos, una posición de ambición realista, viable o cumplible; muy unánime y de suficiente resonancia, yo diría. El Repensamiento de la ciudad desde el ámbito delegacional es una tarea a largo plazo que podría dar frutos en el corto (sin eludir a los árboles que crecen rápido…). Conceptos como densidad, reciclaje, movilidad, transporte público, y la promoción sostenida de un espacio público de mucho mayor calidad son metas alcanzables si se prioriza bien, tomando en cuenta que el período de los delegados dura tan sólo tres años. Los deseos y las buenas intenciones son loables y comprensibles, pero la cota trienal obliga a localizar con habilidad cuales serán aquellos proyectos cumplibles y cuáles son las semillas que habrán de dar fruto en subsiguientes administraciones.

La tendencia casi ineludible de voltear a ver a los casos de éxito, desde Copenhague hasta Bogotá, pasando por las olímpicas Londres Beijing, o Barcelona, siempre invita a la imitación literal pero al revisar cuidadosamente las historias, caemos en la cuenta de que la participación ciudadana –término ciertamente desgastado- es el complemento ineludible de la planeación del “experto aislado” de cualquier disciplina.

La conformación de Consejos de Desarrollo Urbano Delegacionales (ojalá todas adoptaran la iniciativa) se presenta como cierta posibilidad de profesionalización de las desprestigiadas delegaciones; coincidimos finalmente que si esto se va a hacer, que se haga bien. Sirvan estas breves líneas para agradecer la invitación.

JVdM

Con Perspectiva 05sep2012 / "Formal – Informal"

La participación de Venezuela en la Bienal de Arquitectura de Venecia y el León de Oro al mejor proyecto obtenido por el estudio Urban Think Tank con el proyecto Torre David: Gran Horizonte ha sido la nota polémica que permite continuar con la reflexión sobre habitabilidad, espacio público y ciudad.

La Torre David o “Torre Confinanzas” es un edificio localizado en el centro financiero de Caracas, con 45 pisos de altura que se construyó quedando inconcluso y abandonado por un grupo bancario en la década de los noventa, y que fue invadido, tomado, ocupado, o habitado por unas 3,000 personas convirtiéndose en una “favela vertical”. En principio la polémica se genera obviamente en la idea de que se premia la invasión, la ilegalidad y la informalidad en la destacadísima y glamorosa muestra bienal… pero, aquí habría que preguntarse: ¿en qué consiste el proyecto premiado, que es lo que se está reconociendo? Tiene muchas lecturas. Se trata de un trabajo de investigación, indagatorio, que propone re-pensar el centro financiero como vivienda social y que se documentará con la publicación de un libro que saldrá a la luz en octubre de este año. “Se premió a las transformaciones que esas personas realizaron en la edificación. Se premió el hecho de que consiguieran energía en un edificio que, se suponía, ya no servía para nada; de que construyeran un tanque de agua, hicieran jardines hidropónicos y crearan instalaciones sanitarias. Se reconocieron los dibujos que nosotros hicimos de todas esas prácticas” afirma Alfredo Brillembourg, socio fundador de Urban Think Tank

Caracas, al Igual que la ciudad de México y que muchas ciudades Latinoamericanas presenta más de la mitad de su territorio ocupado por tierras invadidas. Aquí lo novedoso –si acaso- es la verticalidad; habitar verticalmente algo construido no es lo mismo que ocupar un terreno natural (casi siempre con pendientes pronunciadas) y esto ha servido –en perspectiva- para “poner el dedo en la llaga” de la informalidad en la vivienda social. Algo así como partir desde el colmo de la problemática. Si bien la imagen de la torre invadida transformada en favela se ha convertido en postal del chavismo –o de su imagen objetivo de país-, la propuesta elude forzadamente cualquier interpretación política del asunto subrayando reiteradamente el eterno problema de la vivienda social. En este renglón encuentro muchísima resonancia, no en la imagen objetivo, sino en la posición socialmente responsable que el arquitecto debe encontrar más allá de cualquier sistema o ideología política. Lo socialmente responsable se puede traducir a forma (espacio habitable), que es lo que hacemos los arquitectos, pero debe cambiar el paradigma de hacer formas que después se habiten, como ocurrió en la Torre David (especie de crisis o fin de la modernidad). Resulta natural la polémica, pero es de celebrar que se premie a la reflexión que siempre deriva en propuestas para una mejor forma de vida.

En nuestras latitudes con otras formas y el mismo problema, ya repensamos la reutilización de los conjuntos habitacionales ingentemente extensos que han degenerado en peligrosos focos de violencia, o en el análogo informal de las barrancas periféricas de nuestras ciudades.

Venezuela obliga a recordar en paralelo el gran impulso – socialmente muy responsable- que la cultura y las artes han dado al desarrollo urbano social. El ejemplo ineludible de “El Sistema” de orquestas juveniles de José Antonio Abreu, que nació justamente en las comunidades más vulnerables, es hoy una realidad que posicionó al país como potencia musical desde un programa de educación que funciona como regenerador urbano y social…otro genial ingrediente.

Urban Think Tank es “una práctica de diseño multidisciplinario dedicado a la investigación de alto nivel, el diseño y el cine en una variedad de temas tales como la arquitectura y el urbanismo contemporáneo” integrado por Alfredo Brillembourg (1961, Venezuela)- y Hubert Klumpter (1965, Austria).

Bien hasta aquí, sobre todo por lo que toca al re- pensamiento de la arquitectura.

JVdM

Con Perspectiva 29ago2012 / "Vivir mejor"

Terminé la columna de la semana pasada con una pregunta que invitaba a imaginar la posibilidad de que los arquitectos sumáramos fuerzas para recuperar la ciudad. Ya la pregunta viene con una doble lectura: recuperar la ciudad para los ciudadanos o recuperar la ciudad para los arquitectos “…a todas luces se ve que juntos avanzaríamos más que en solitario. ¿Cómo?”

Supongo que el anhelo de mejorar la ciudad se agudiza desde la perspectiva de los arquitectos (nos pasa todo el tiempo). Hay que reconocer que nuestra formación nos hace pensar que cualquier espacio que pase por nuestros tableros, quedará transformado positivamente y para siempre, obviamente no es “tan así”. No hay ciudad sin política, sin sociología, sin economía, sin biología, sin ingeniería por su puesto, sin derecho. Pero la arquitectura es la construcción del espacio habitable y eso es, aunque utópico quizás, la ciudad ideal, su deber ser.

El miércoles de la semana pasada recibimos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Anáhuac México Sur a Elías Cattan, un arquitecto joven que lidera “Taller 13, Arquitectura Regenerativa” y que promueve el rescate urbano y del medio ambiente desde la perspectiva ecológica. El proyecto que le ha dado mayor visibilidad es el de la recuperación del Río de la Piedad, publicado hace pocos meses en diversos medios. Independientemente de que su conferencia fue verdaderamente buena, viene a cuento mencionar una luz que a mi parecer ayuda a vislumbrar los nada fáciles cómos. No sé qué tan utópico sea el proyecto del Río de la Piedad, es más, poniéndonos escépticos podríamos desconfiar y calificar de mediático el asunto, pero lo cierto es que no es muy común que una propuesta de tal calidad y relevancia para una ciudad, sea promovida por un colectivo de arquitectos, biólogos, ambientalistas y vecinos que además organizan “picnics ribereños en el camellón del viaducto”.

La sostenibilidad, lo sostenible o lo sustentable es una “caída del veinte” que necesariamente tiene que darse en toda la sociedad. Entender el daño que ocasiona el automóvil o el cambio de hábitos en nuestra relación con la energía o el agua, nos es cuestión de las autoridades, del desarrollador inmobiliario, o del poblador invasivo y expansivo de las ciudades. Simplemente te cae el veinte o no: está en uno. No es suficiente conocer o concientizar la realidad, la caída del veinte implica un paso más que representa compromiso, para romper la inercia.

Les comparto un encuentro reciente (no previsto) con vecinos de una barranca en Álvaro Obregón derivado de un encargo. Cuando me vieron tomando fotos se acercaron algunos y me preguntaron que para qué... Tardé buen tiempo en convencerles de que no pertenezco a ningún gobierno y que no les despojaría de nada. Al cabo de un rato se distendió el ambiente intercambiando opiniones sobre qué les gustaría recibir para su barrio. Nada de lo que yo hubiera imaginado; la arquitectura es lo último que les interesa (¡ni vivienda ni accesibilidad!). Cualquier idea la asociaban con algo que se les quitaría y de vuelta a convencerles…no abundo en el aprendizaje de esto porque es redundar. Lo que les dio más ilusión era tener un río limpio, “como antes”. Allí, en lenguaje llano y facilito encontramos un punto de acuerdo. “Si en verdad lo quieren, ya lo tendrán”...algo nos tendrá que costar “a fuerzas”, quizás más fuerza de voluntad que otra cosa…se podrá?

Hoy se está inaugurando la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, México participa en esta ocasión con el tema “Cultura en Construcción”, una muestra dirigida por Miquel Adrià e integrada por proyectos, obras y fotos de obras en proceso de bibliotecas, galerías y centros culturales. Esta bienal exulta un mensaje fuerte de arquitectura “anti-espectacular”, y de lo que se ha podido ver hasta hoy en completa resonancia con la “caída del veinte”, llama la atención particularmente una propuesta de mega regeneración urbana Ciudad Socializante vs. Ciudad Alienante que reza en el pabellón de Venezuela: “Vivir mejor: razón de ser de la arquitectura”.

JVdM

Con Perspectiva 22ago2012 / "De orden urbano"

Una reflexión sobre el recorrido de “las curvitas” que subsiguen a Luis Cabrera, “intervenida” por las obras de la Súper Vía Poniente, en este personal y compacto triángulo virtuoso casa-oficina-universidad, que distribuye vida familiar-profesional-académica. En las famosas curvitas -un paisaje de barranca, chabola, o rancho compartido entre las Delegaciones La Magdalena Contreras y Álvaro Obregón-, inevitablemente pienso en cómo podríamos mejorar esa difícil realidad. Difícil pero, si el camino más corto para escribir un libro es empezarlo, los arquitectos podríamos –deberíamos- usar esta analogía para garantizar una mejor ciudad para el futuro (se sobreentiende que nuestra participación se debilitó hace buen tiempo y que no vemos los cómos).

Regresando con entusiasmo a la actividad del Seminario de Habitabilidad de la Academia Nacional de Arquitectura, el Arq. José María Gutiérrez propuso recientemente la posibilidad de aterrizar las ideas de casi 9 meses de trabajo reflexivo, investigación y análisis, a partir de la revisión de un nuevo proyecto de Ley General de Asentamientos humanos, Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial. Se trata de un documento con fecha de noviembre de 2011 que se presentó en diciembre de 2010 pero se retiró en octubre de 2011 para incorporar diversos comentarios de grupos de académicos y profesionales, como se precisa en los Antecedentes. Este primer capítulo introductorio (Antecedentes) concluye: …”En síntesis, México requiere UNA POLÍTICA DE ESTADO que permita detonar una REFORMA URBANA y UN NUEVO ORDEN JURÍDICO INSTITUCIONAL que privilegie el interés general y garantice la viabilidad de las ciudades y las metrópolis mexicanas en el futuro.”

Este proyecto de Ley está presentado en 8 TÍTULOS: Primero de Disposiciones Generales, Segundo De La Concurrencia y Coordinación de Autoridades, Tercero De La Planeación del Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos y del Desarrollo Urbano, Cuarto De las Áreas Conurbadas y Zonas Metropolitanas, Quinto De las Regulaciones a la Propiedad en los Centros de Población y la Gestión del Suelo, Sexto De la Participación Social, Séptimo Del Fomento al Desarrollo Urbano, y Octavo Del Control del Desarrollo Urbano. Cada Título con sus Capítulos, Artículos, Fracciones y Transitorios, como es correspondiente en esta materia.

Un buen inicio que, aunque venga con obstáculos telegrafiados, motiva muchísimas más reflexiones –que no solo anhelos- para el mediano plazo. Veamos. Un twitter hace poco decía que según INEGI, el 45% de la vivienda en México no está regularizada, lo que significa que poco más de 13 millones de viviendas no tienen dueño, ¿se trata acaso de una buena oportunidad?, ¿orden o corrupción?, ciertamente difícil ángulo, de entrada tendríamos que conocer como está repartida esta cifra en las distintas poblaciones, pero como primera idea, si se trata de una disyuntiva ,corrupción u orden, pues orden, y para eso hay que involucrarse mucho más. Volviendo a “las curvitas”, la sensación al transitar por allí es de “no queda de otra, la Ciudad me ocurre así”, y si bien la actual administración del DF ha hecho mucho por la ciudad en esa zona (pronto habrá de otra: la obra más espectacular del actual gobierno capitalino es acaso el gigantesco segundo piso del periférico que privilegia –ahora sí que sobre todo- a su majestad el automóvil) evidentemente falta demasiado por hacer, tanto en movilidad como en el resto de los temas de ciudad.

Si luego entonces, esta última reflexión por ahora y volviendo al inicio, iría en referencia a nuestro alcance como arquitectos. Habiendo transitado de lo timorato a lo crítico con un excesivo discurso pseudo mediático, pseudo-filosófico, pseudo-científico como nuestro oficio, con mucho name-dropping que alimenta nuestros egos, pero que produce a cuentagotas, obras exquisitas que voluntariosamente abonan poco a las ciudades, a todas luces se ve que juntos avanzaríamos más que en solitario. ¿Cómo?

JVdM

Con Perspectiva 15ago2012 / "Acapulco (II)"

Antes de la pérdida de la brújula, el golpe de timón. Cuando el ex presidente Miguel Alemán consolida a Acapulco como el gran centro turístico de México, inaugura la avenida Costera en 1947 y traslada el Aeropuerto (de Mario Pani y Enrique del Moral frente a la Playa Hornos en lo que es el actual Parque Papagayo) a 15 kilómetros al sur de la ciudad sobre la carretera escénica. Estas decisiones, reforzadas con el desarrollo inmobiliario de Las Brisas determinaron la expansión del viejo Acapulco hacia la  bahía. Se fue poblando, y la tipología (derivada de la nueva densidad) “cambió de escala” junto con el uso del suelo. Acapulco se tuvo que “reinventar” dejando atrás su época de oro tan correspondiente a la del cine mexicano y  olvidarse del Papagayo, Los Flamingos, Las Palmas, La Marina o el Boca Chica.

De su reinvención se levantaron piezas que dibujaron con cierta fortuna el perfil del “nuevo Acapulco”. Eludiendo cualquier metodología y apuntando hacia algunas de las obras que han resistido el examen del tiempo, están el Hotel Elcano (1958) de Imanol Ordorica, remozado por Ramiro Alatorre y Carlos Villela (80’s). El Hotel Presidente (1959) de Juan Sordo Madaleno, con el paraboloide Cabaret La Jacaranda, de Félix Candela que desafortunadamente desapareció. El Paraíso Marriot (1969) –hoy Avalon-  que fue todavía más masivo, aunque con un vocabulario que introduce curvas. El Hotel Condesa del Mar (1972) de Mario Pani que aportó una volumetría sumamente atractiva a la distancia, blanca como fuera natural en Acapulco, resultado de pensar el edificio como una gran persiana que responde al clima. El hotel Calinda Beach (1970) que apostó por las vistas con balcones semicirculares y una forma cilíndrica que remite a la arquitectura de Los Angeles, y El Hyatt Regency en Playa Icacos, que con elegante neutralidad  se mantiene blindado al tiempo en tanto moda. Más reciente quizás el Hotel Costa Club, que “lo ves aunque no quieras” por su escala más que por su voluntariosa forma…Al final del siglo XX salvo honrosas excepciones, se perdió el rumbo con un explosivo crecimiento libertino en formas y en materiales.

Las obras maestras de la arquitectura de Acapulco se localizan en edificaciones de menor escala en relación con las enunciadas arriba. En primer término –para mí- la Capilla Ecuménica de la Paz (1971), de Fray Gabriel Chávez de la Mora, es una pieza que sintetiza espacio, estructura, material, clima, y vista, que se convirtió en icono de Acapulco por la monumental cruz que corona “el lugar más alto” en Las Brisas. La casa que identificamos como “el platillo volador” (1973) del arquitecto norteamericano John Lautner, circular de concreto aparente, o las casas (80´s) que desarrollaron Raúl Rivas y Carlos Artigas con LBC (López Baz y Calleja) en Las Brisas también, reinventando un Acapulco abstracto, blanco, de aplanados y  líneas impecables ejemplificado efímeramente en la desaparecida Discoteca “Magic”.

En cuanto a edificios públicos destacan el Centro de Convenciones (1973), de los arquitectos Enrique García Formentí, Jaime Nenclares y Alberto González Pozo, y ya del S.XXI,  el Corporativo Yoli de Francisco Serrano, que hace avanzar el reloj de la arquitectura de Acapulco incorporando el concreto blanco martelinado a la paleta de materiales apropiados para la bahía.

Fuera de la bahía hacia el aeropuerto –en Puerto Marqués- El Hotel Pierre Marqués fue un refugio aislado de J. Paul Getty que existió desde los años (60’s). Afortunada arquitectura baja con paisajismo de Luis Barragán. Por su parte el mega-lujoso Hotel Princess (70’s) proyectado por William Rudolph y Leonides Guadarrama, constituyó un polo de atracción para el futuro crecimiento de Acapulco, en una apuesta audaz de exitosa rareza (¿los mayas en Guerrero, Chichen Itzá?) y del crecimiento de esta zona podría mencionar, para dejar aquí, el Conjunto Playamar (1994) de Jose Adolfo Wiechers, como buen punto de partida hacia el Acapulco Diamante de nuestros días, muy resumidamente.

El inevitable lamento del actual caos urbano de Acapulco, es acaso una manifestación de la posibilidad de revertir el acusado deterioro del bello puerto, solo con mucha voluntad y más arquitectura.

JVdM

Con Perspectiva 08ago2012 / "Acapulco (I)"

Acapulco es, además de icónico puerto, centro turístico y desbordante desarrollo inmobiliario de la costa del Pacífico, una realidad –en lo geográfico una deslumbrante bahía- que puede verse reflexivamente más allá de su ingente problemática urbana o medio-ambiental. Desde su arquitectura y su gran “no arquitectura” –solo construcción- se ve con absoluta claridad que Acapulco son épocas, y por consiguiente memoria zonificada.

El Fuerte de San Diego es la única construcción que queda de la historia anterior al siglo XX consistente básicamente en una importante activad comercial-portuaria. La posición del Fuerte, o un antiguo asentamiento religioso franciscano dieron origen a la ciudad en la zona más protegida de la costa al nor-poniente de la bahía,.

Las épocas y memorias perceptibles en la actualidad se remontan a los años 30`s. con la primera sección del “Hotel Mirador” (Arq. Carlos Barnard) que constaba de doce cabañas colocadas sobre los acantilados en la zona de “La Quebrada”. Carlos Laso construyó en 1939 el Hotel La Marina (demolido) que ya presentaba una incipiente tipología moderna y racional. Uno de los edificios más antiguos (terminado en 1945, bien conservado y con cierto valor arquitectónico) que se puede ver hoy es el Hotel Oviedo, con una arquitectura semejante a la de las Lomas de Chapultepec o Polanco…

Independientemente del cómo se desarrolló la ciudad, llama particularmente la atención el fenómeno tipológico de la arquitectura de Acapulco. Los años 50’s fueron su gloria. El impulso que dio el presidente Miguel Alemán al lugar vino acompañado de la primera arquitectura de Acapulco con identidad propia. Mario Pani trabajó en la Planificación Regional de Acapulco desde 1951 después de haber realizado varias casas allí, el aeropuerto en 1951 también (demolido) o el Hotel Pozo del Rey en 1953 (demolido). En 1955 hizo el Club de Yates, y en 1957 el Condominio Los Cocos, todavía en pié, algo deteriorado pero más que rescatable. El Hotel Boca Chica del Arq. Antonio Peláez, recientemente rescatado por el Arq. Fernando Romero y muy bien renovado por los jóvenes arquitectos Frida Escobedo y José Rojas, condensa nostálgicamente esta época que recuerda sobre todo a la música de Juan García Esquivel y las películas de Mauricio Garcés.

En 1957 inició operaciones el Hotel Las Brisas, otra gloria de Acapulco en el extremo opuesto de la Bahía, originalmente con 30 “casitas con alberca y vista” (la urbanización había iniciado en 1953 como fraccionamiento residencial) del Arq. Jorge Madrigal Solchaga, que después se expandieron a más de 260. Las Brisas se convirtió en uno de los mejores hoteles del mundo por su concepto de paraíso privado con espléndido servicio que se sostiene gracias a los “jeeps blancos con rosa” que permiten que el hotel funcione con tal extensión territorial. Jorge Madrigal no es tan famoso quizás, pero buscando información para este texto, encuentro que tuvo una vida profesional prolífica principalmente en el “bello puerto”, y una producción que se instaló en la memoria colectiva claramente identificable con el “estilo Acapulco”.

En Las Brisas también y de esta época de finales de los 50´s se pueden ver aún un par de casas de Francisco Artigas –de sus mejores- que son un elogio del horizonte marino con vocabulario del Pedregal.

Líneas rectas que forman terrazas y muros con aplanados blancos, celosías que propician la ventilación, ventanas con persianas y cancelería de madera, muros de contención con la emblemática piedra-granito color beige del lugar, pérgolas más bien de aplanado, concretos pulidos con color integral en los pavimentos, o lajas, losas con ventiladores blancos, grandes aleros y esa fusión del interior exterior que incorpora la profusa vegetación tropical exaltando siempre las espectaculares vistas son formas que asociamos naturalmente con Acapulco. ¿A caso se perdió la brújula arquitectónica?

JVdM

Con Perspectiva 01ago2012 / "Con perspectiva olímpica"

Durante la inauguración de las olimpiadas el pasado viernes, me preguntó uno de mis hijos: “cual estadio te gusta más, éste o el “nido” de Beijing?”. Difícil pregunta. La respuesta fue más o menos esta: El nido de Beijing (de Herzog y de Meuron) es una obra de arte, éste (de Populous)… tiene otra intención por decirlo de alguna manera. No es fácil de explicar, Inglaterra es una superpotencia en términos de medio ambiente, sostenibilidad o ecología, y a final de cuentas ese es el mensaje que se aprecia exultante en su estructura  e infraestructura olímpicas para el 2012.

Es muy sabido que las Olimpiadas son una oportunidad inigualable para el desarrollo de las ciudades. “Es lo mejor que les puede pasar” aseguramos en las escuelas de arquitectura. En el caso de Londres 2012 se apostó por la regeneración urbana del “lado este” de la ciudad, mediante la creación de un Parque Olímpico de 200 hectáreas construido sobre un antiguo complejo industrial (Stratford), que será un “legado” para el futuro de la Ciudad. Se trata de una zona que albergaba algunas de las “colonias” (como decimos en México) más pobres de la ciudad, alejada de los palacios reales o de la zona residencial del oeste, de tal suerte que la apuesta de regeneración urbana se ha utilizado para diluir –por decirlo así- la disparidad económica entre el este y el oeste.

Aunque los juegos reutilizan muchas instalaciones construidas antes de esta 3ª olimpiada para Londres, la producción arquitectónica deportiva derivada del plan maestro del parque olímpico está muy resumidamente protagonizada de la siguiente manera:

El “Olympic Stadium” (de “Populous”, antes HOK Sport, un mega despacho con extensa producción en estadios e instalaciones deportivas) es una estructura elíptica –aunque parece redonda en perspectiva- que generó un lugar de montaje para el espectáculo olímpico y que adoptó un enfoque sostenible utilizando materiales, estructura y sistemas operativos necesarios para el evento, pero que posteriormente se transformará para su uso a largo plazo (será el anfitrión del Campeonato del Mundo de Atletismo en 2017).

El “Basketball Arena” (de Wilkinson Eyre Architects) es un estadio con 12,000 asientos diseñado para ser desmontado o “reciclado” en dos terceras partes de sus componentes. La estructura de acero está forrada por un “velo” de PVC color blanco que toma la forma de la misma estructura produciendo un juego curvo de  sombras triangulares.

El “Aquatics Centre” (de Zaha Hadid Architects) es también una obra de arte –ni hablar- en la que destacan, además la cubierta resuelta con el habitual “parametricismo” de Zaha o de las escultóricas plataformas de clavados,  las graderías laterales que se le adosaron exclusivamente para la olimpiada.

El “Olympic VeloPark” (de Hopkins Architects) es uno de los pocos edificios previstos para quedar sin cambios después del evento olímpico. Se trata de una pieza de significativa belleza, un plato de madera y acero que se ha convertido ya en lugar emblemático de la sostenibilidad por sus “atributos verdes”.

Además del “Olympic and Paralympic Village” o del “Chobham Academy” –para próximos residentes del lugar- (de Fletcher Priest Architects, Allford Hall Monaghan Morris /Patel Taylor), del trasporte público y de las próximas piezas importantes que vienen en camino para esta zona de la ciudad, destaca especialmente el diseño urbano y la arquitectura de paisaje que amalgamará  todo el parque post-olímpico y que será llamado “Queen Elizabeth Olympic Park” (de James Corner Field Operations). Toda esta arquitectura “verde” encontrará aquí su emplazamiento de visión sostenible y caminable prevista para el futuro a corto plazo de la ciudad en su conjunto. Impresionante.

JVdM

Con Perspectiva 25jul2012 / "Sencillez, complejidad y economía"

Un chispazo convertido en twitt con la siguiente convicción: “Sí a la sencillez, la complejidad y la economía. No a la simplicidad, la complicación y la baratez”. Supongo que aplica en cualquier ámbito”, y el twitt tuvo efectivamente buenas respuestas de diversos ámbitos. Se trata de ese reto o aspiración que nos obsesiona particularmente a los arquitectos: la calidad y las condiciones para conseguirla.

Antonio Attolini Lack repetía, “sólo hay una forma de construir: bien” subrayando el empeño cualitativo ostensible en su trabajo. Sin embargo la calidad en arquitectura está asociada al precio, “se antoja cara”. Releyendo el twitt, la sencillez, la complejidad y la economía no deberían remitir a lo caro. Los adjetivos caro y barato, por lo general no suenan bien. El primero indica que uno pagaría mucho por algo, y el segundo que uno estaría pagando (poco) por algo de escasa calidad o durabilidad, “chafa” pues.

Abundando la reflexión a partir de frases célebres o refranes que son ciencia pura, está la famosa “lo barato sale caro”, que adecuamos reiterativamente a nuestro oficio como: “en construcción barato es caro y caro es barato”. La frase alude a la parte del proceso constructivo en donde más vale que las cosas queden bien a la primera… por eso el término de economía sí se puede adjetivar positivamente. Lo económico es una cualidad –sostenible digamos- que incorpora valor al costo, y lo barato no, ya que compromete el futuro de la obra.

Hace no mucho tiempo viajó un mensaje en la red con un “diagrama de Venn -Euler”, titulado “¿A ti, cómo te gustaría tu diseño?”. Tres círculos del mismo tamaño intersecados entre sí representando “rápido”, “barato”, y “excelente calidad”, en donde las intersección central resulta en “utopía” y las tres intersecciones parciales presentan los resultados previsibles (con gran humor aparece un cuarto círculo más pequeño que representa el valor “gratis”…).

No es nuevo, desde hace años, muchos arquitectos – con cierta razón- sugieren el mismo silogismo a sus clientes: “escoge dos de tres, calidad, tiempo o economía”.

Efectivamente son vectores o fuerzas muy difíciles de equilibrar, pero ¿se podría?, habría que tomar en cuenta algunas premisas. Louis Kahan (Estonia 1901 – 1974) dijo la famosa cita “un caballo pintado a rayas no es una cebra”, en la que se entiende (a la manera del siempre impertinente “consejo no pedido”) que si se quiere proteger la economía del cliente y la propia de paso, hay que escapar a lo barato. Las cosas cuestan lo que tienen que costar y se hacen en el tiempo que se tienen que hacer; a propósito del “made in Chin(g)a”. Una buena posición, económica y sostenible es vigilar que tiempo y dinero se optimicen sin comprometer la calidad de la obra. Y así, regresando a la inquietud cualitativa del inicio, la economía se localizaría en la sencillez y la complejidad. “Más vale un buen póster que un mal cuadro” no es cualquier máxima que trasciende al juego de palabras. La también muy famosa frase “menos es más”, asociada a Mies Van der Rohe (1886 – 1969), predica con el ejemplo en una obra que prescindiendo del ornato y exaltando la manera de construir con acero cristal y mármol fundamentalmente, produjo una arquitectura altamente calificada y apreciada hasta la fecha. Así, lo barato es a lo económico, lo que lo simple a lo sencillo y lo complicado a lo complejo. Siguiendo con el ejemplo de Mies, digamos en su Pabellón de Barcelona (1929), unos cuantos muros y una losa plana –de gran sencillez- siguen produciendo una emoción y contagio sumamente especial. La complejidad esta en el cómo. ¿Inspiración, talento? Responde mejor la frase del gran pintor venezolano Carlos Cruz Diez (1923- ): “…Yo no me inspiro: reflexiono."

La próxima semana Con Perspectiva Olímpica.

JVdM

Con Perspectiva 18jul2012 / "Arquitectura para Niños"

Ahora en el verano abordamos un tema muy concreto que puede encontrar resonancia en esta temporada. Ayer di una charla sobre arquitectura para la niñez, invitado por la Universidad Tecnológica de México – campus Atizapán- en el marco de su 11º Foro Infantil Diseño Arquitectura y Arte. Comparto algunas reflexiones que se desprendieron de este interesante tema que por azares del destino me ha tocado desarrollar.

Primero la percepción, y en qué medida puede afectar el espacio arquitectónico a la vida y al desarrollo de los niños. Muchas teorías nos obligan a abordar el tema desde lo “agradable” a partir de formas, colores y texturas; es el común denominador.

En lo que toca al espacio interior, cuando vemos a un niño jugar o concentrarse en algo para trabajar, me doy cuenta que el valor de la arquitectura estaría más bien en que no hubiera distractores, en la tranquilidad; el juguete es mucho más protagónico que el cuarto en el que se juega…lo importante está en la actividad. El niño curioso puede contemplar el espacio por sí mismo, pero es más interesante la activad que se puede encontrar allí.   El espacio exterior, por su parte, representa cierta invitación a descubrir “lo que hay dentro”. Puede resultar sumamente atractivo y nuevamente pensamos en formas, colores y texturas. De allí viene la memoria y el significado de las imágenes del lugar: la casa, la escuela, el centro comercial, también las calles y el espacio público. Caemos en la cuenta de que el tema de la niñez es fuertemente interdisciplinario. Veamos las tipologías desde “el cunero”: guardería infantil, centros de desarrollo infantil, la peluquería, museos infantiles, del niño o interactivos. Los arquitectos no aportamos más que la habitabilidad, en este caso para los niños, que habitan desde que nacen. El recién nacido no razona mucho los “colores pastel” de la maternidad del hospital o los colores de la habitación cuando llega a su casa, puede ser la ilusión del adulto quizás, pero todas las personas somos sensibles a la armonía. Este término, armonía, puede hacerse objetivo -no subjetivo- si lo entendemos como el resultado de algo: la relación de las partes entre sí, y de dichas partes con el todo: proporción. La escala (tamaño en relación con…) es algo que siempre asociamos con los niños; todos hemos regresado a algún lugar con la idea de que era mucho más grande...también el mobiliario,  los pupitres los usaban los grandes y así la reflexión.

“KidZania”, una empresa cuyo producto en forma de parque temático bajo techo, es hacer jugar a los niños a ser adultos, usa un factor del 30% menor a la escala real, o sea la 1=1 para lograr su objetivo. Este género de arquitectura para los niños tuvo su origen glorioso en Disneylandia, con la fantasía y la ilusión como germen de una industria que ha derivado en una especialización de gran relevancia para la niñez.

Con una visión diferente a la de la tematización, el juego o el puro entretenimiento, Marinela Servitje y un equipo interdisciplinario sumamente bien consolidado en Papalote Museo del Niño, ahora constituido en la empresa “Siete Colores Ideas Interactivas”, ha promovido y desarrollado no pocos museos interactivos en diversos estados de la República, como estrategia para fortalecer la educación de nuestros niños en todos los niveles socioeconómicos.

De su cosecha y desde el conocimiento como guión museográfico, muy resumidamente, se han producido importantes piezas de arquitectura que han buscado ser casa de la ingente aspiración. Independientemente de los casos en los que he participado, (Puebla, Xalapa, Zacatecas o Durango) El Papalote (de Ricardo Legorreta), El Papagayo en Tabasco (de Abraham Zabludovsky), El Laberinto en Sn Luis Potosí (de Ricardo Legorreta), o próximamente el Papalote Verde en Monterrey, de Iñaki Echeverría, son sólo algunos ejemplos valiosos de esta tipología que aspira a distinguirnos internacionalmente. Agradeciendo la invitación a la UNITEC; les dejo un croquis.

JVdM

Con perspectiva 11jul2012 / "Tiempo lleva tiempo"

En junio se abren “cursos y talleres” de verano en la Escuela de Arquitectura, porque en estos meses da la impresión de que el tiempo se extiende e intentamos aprovecharnos de esa circunstancia. Cuando deja de sonar el teléfono o cuando nos imaginamos que otros ya están descansando advertimos que somos más productivos. La producción, en nuestro caso por lo pronto, está esforzadamente dirigida a la reflexión como una actividad fundamental, en la convicción de que cada vez es más difícil pensar: se nos va la mayoría del tiempo “calculando”. Tantas horas en el despacho, en la obra, tantas de clase a la semana, tantos caracteres de mi columna, tantas millas o puntos para viajar, tantos kilómetros por litro, tantos “posts”, seguidores en Twitter o amigos en Facebook,  tantos meses sin intereses, tantos votos (comprados y no), tantas calorías que comemos por tantas horas de ejercicio para pesar tantos kilos y así sucesivamente, todo el tiempo. Y en este sentido calculador, en aulas inimaginables para otras generaciones con toda la información del mundo al instante, recuperamos el pensamiento a través de maestros de la arquitectura (en Google y YouTube principalmente), por una parte, y de una profunda introspección de cómo vivimos, cómo somos o hacia dónde vamos, por la otra. Así como en las series de televisión –House o  Mad Men por ejemplo- con escritores que son considerados los nuevos pensadores de nuestro tiempo, la filosofía en arquitectura ha retomado un lugar considerablemente más aterrizado,  ya “se puede pensar con el lápiz” a la velocidad de la sincronía que permite estar en tantas partes al mismo tiempo…pero el tiempo lleva tiempo. De poco servirá todo este caldo de información, introspección, procesamiento y propuesta si no se materializa en una mejor forma de vida a partir de una mejor ciudad, arquitectura sumada al espacio público.

El tiempo constituye una perspectiva práctica y acaso oportuna para entender la ciudad. La que fue, la que era, la que es y la que podría (eludiendo el futuro incierto) ser…La condición inevitable de recorrido le ha dado al tiempo “la dignidad” de 4ª dimensión de la arquitectura, que a su vez lo atrapa y lo congela dándole forma (recordando la “música congelada” de Schopenhauer).

Le Corbusier afirmaba: La ciudad se está desmoronando, no puede durar mucho más; su tiempo ha pasado. Es demasiado vieja... alude a cierto envejecimiento (otra cara del tiempo en el deterioro) prematuro quizás provocado por la primera guerra mundial, o falta de mantenimiento, o de planeación;  pero su reclamo aludía a una visión de futuro a partir de una idea de hombre o de forma de vida. No en vano es considerado uno de los más grandes arquitectos del siglo pasado. Su obra era resultado de su visión del ser humano. En este tenor nosotros pudimos advertir acaso el desbordamiento urbano como un fenómeno insostenible por naturaleza, pero el hubiera no existe, hablando de tiempo…

Teodoro González de León, que trabajó con Le Corbusier entre 1947 y 1949, es la referencia obligada a la relación tiempo y arquitectura. De inicio, le preocupa y resuelve el tema previendo una obra fundamentalmente pública -en concretos cincelados y aparentes), de carácter monumental, a la que el tiempo hará más bella consiguiendo casi un matrimonio entre ambas dimensiones la 3ª y la 4ª.

Próximamente el director alemán Wim Wenders (Pina 2011…)  dedicará su nueva película-documental en 3D al poético arquitecto suizo Peter Zumthor (premio Pritzker 2009). Aunque ya empezó el rodaje, el documental tardará varios años en completarse debido a que Wenders captará el proceso de diseño y ejecución de cierta obra. Se trata de una cinta que buscará  transmitir el sentido de lugar y la forma en la que éste se modifica con la arquitectura. La forma de utilizar los edificios y transmitir lo que provoca un espacio arquitectónico, es algo común al cine y a la arquitectura…otra forma de matrimonio 3 y 4D también. Un trailer corto de la película se podrá ver en la Bienal de Arquitectura de Venecia, a partir de este mes de agosto. Qué buena noticia, pero habrá que esperar… tiempo lleva tiempo.

JVdM

Con Perspectiva 04jul2012 / “Dignidad, comodidad e higiene”

Las elecciones y nuestra democracia se (me) presentan como un opaco caleidoscopio con múltiples lecturas. El proceso, la contienda y la jornada, los tres partidos (mucho más de la mitad de perdedores no puede ser sorpresa) y los resultados de la elección, extendiendo la analogía psicodélica, producen cierto vértigo -por no decir resquemor- ante lo que podríamos esperar para México en los próximos (seis) años, cuando menos con perspectiva desde la práctica de la arquitectura.

El Arq. Carlos Raúl Villanueva (Londres1900 - Caracas 1975) autor de la Universidad Central de Venezuela, estaba convencido de que el arquitecto, para poder cumplir su misión de servicio a la sociedad debía adaptarse a cualquier circunstancia política, “…no puede conformarse con ser simple traductor, mecánico y pasivo. El arquitecto debe ser crítico y acusador. En su obra aumentará así el valor de rescate y de previsión”. Desde esa perseverante perspectiva veamos.

Ninguno de los candidatos para presidente con posibilidades, abordó mayormente temas de ciudad y menos de arquitectura; si acaso de vivienda, pero nada más. Quizás porque el espacio habitable –digamos, el desarrollo urbano-, que abarca cualquier territorio pasando por  las ciudades hasta la vivienda unifamiliar no sea una cuestión demasiado redituable para la consecución de votos. Históricamente, el tema del derecho de los trabajadores a adquirir una vivienda digna aparece en la Constitución del 5 de febrero de 1917, en su Artículo 123, Fracción XII, Apartado A, que establecía ya la obligación de los patrones de proporcionar a los trabajadores habitaciones cómodas e higiénicas. Esta obligación no se hizo efectiva sino hasta l972, año en el que finalmente prosperaron las reformas a la Ley Federal del Trabajo y se promulgó la Ley del Infonavit, con Asamblea Constitutiva celebrada el 1º de mayo de ese mismo año…40 años después podemos ver, “crítica y acusadoramente” resultados muy poco afortunados: la vivienda es un asidero para poner de manifiesto que lo habitable no se reduce a habitaciones cómodas e higiénicas, a un departamento o a una casa.

Al destacar los tres términos adjetivables: dignidad, comodidad, e higiene, intento dirigir la reflexión con sentido de “rescate y previsión”,  “Dignidad”, es el más complejo de medición y por ende el menos normado (ver notas relacionadas Moderación y Decoro de esta misma columna), sin embargo habremos de buscar parámetros por más difícil que resulte. Repensar los conceptos de “espacio mínimo” o de “calidad de obra” por ejemplo. Para “higiene” puede haber medición o supervisión, si se quiere; puede ser el término más objetivo de los tres por su consistencia “accidental”: la higiene no existe por sí sola, sino en algo o alguien. Ok. “Comodidad” sin embargo, resulta aún más interesante por diversos motivos y uno en particular. Se define como el conjunto de cosas y bienes necesarios para vivir a gusto y con descanso…Cualidad de cómodo. Vivir a gusto y con descanso trasciende entonces a la comodidad de un mueble o de un espacio íntimo. No resulta cómodo vivir encerrado. La comodidad es interior y exterior y se integra por un gran número de accesorios e infraestructura que apenas advertimos, como la conectividad o el internet a toda velocidad, en la casa, en el trabajo o en todas partes. Así, en tiempos en  que parece más fácil supervivir sin comida que sin celular, la reflexión obligada vuelve a ser la agenda que acaso se deba proponerse para el próximo período con su (no necesariamente) trágica inmediatez sexenal. Mejores normas para el espacio habitable a través de mejores normas de planeación, de diseño urbano y de proyecto arquitectónico. Es tiempo  de esperar un decidido compromiso con el territorio y su habitabilidad desde un espacio público de calidad, sostenible.

JVdM

Con Perspectiva 27jun2012 / “Ex Molino de Belem (II)”

Al llegar por primera vez al Ex Molino de Belem a finales del 2008, nos encontramos con un conjunto de 11 edificios, entre antiguos y “no tanto”, con proporciones de “trojes” (edificios que se hicieron originalmente para el almacenamiento de trigo), girando alrededor de una plaza a la que se accede por un arco desde una calle pequeña. No podíamos saber las épocas, ni la originalidad del conjunto; la historia reseñada brevemente en la columna de la semana pasada era, si bien poco conocida, completamente desconocida para nosotros. Sin perder la sobriedad de su configuración volumétrica original, el conjunto se modificó mucho sólo durante el siglo XX. Se perdieron no pocas hectáreas de la propiedad original en el crecimiento irregular, dejando “el Castillo” como bautizaron al Ex Molino los nuevos vecinos del lugar, localizado en un lugar por el que no pasas, sólo llegas si lo buscas. Está en un “cul-de-sac” de una calle que se llama Belem de las Rosas, justo abajo de la actual sede de Secretaría de Seguridad Pública de Constituyentes, en la Delegación Álvaro Obregón.

El Ex Molino de Belem sigue aprovechando las aguas del poniente de la Ciudad de México. Fue una sorpresa especial presenciar un arroyo de agua cristalina corriendo por un pequeño acueducto al interior de uno de los edificios centrales del conjunto. Era el testimonio vivo, físico, del porqué del Ex Molino estaba emplazado allí.

Molino, fábrica de Papel, taller de Maestranza de Artillería, laboratorio de municiones y artefactos, parque público, casa de Servicio Social de Recuperación de Salud de los Empleados de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, museo de la Historia de las Comunicaciones en México*, oficinas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) en los 80´s, o de la Secretaría de Desarrollo Social (SDS) en los 90´s, es lo que se percibía en la atmósfera del lugar mientras hicimos el primer recorrido de reconocimiento y de “respiración de la historia”. Todavía nos tocó ver lo que quedaba de las oficinas de la Contraloría Interna de la SDS, una obra (1990) de la Arq. Erika Sorensen publicada en el libro México: nueva arquitectura 2

El posible encargo que nos llevó allí por parte del Gobierno Federal a través de la Secretaría de Seguridad Pública, era recibir propuestas para el conjunto arquitectónico de su propiedad en virtud de salvaguardarlo mediante la incorporación de espacios que promovieran la investigación y la profesionalización de la dependencia federal. Había que responder desde el uso y el programa arquitectónico inclusive, respetando en todo momento la estructura original de los edificios.

En la columna Con Perspectiva del pasado 14 de marzo, hablábamos de la salvaguarda como una especie de aprovechamiento responsable del patrimonio arquitectónico heredado, que se traduce, dependiendo del caso en restauración, en edificios de mucho valor patrimonial; revitalización, en edificios a los que se les inyecta vida nueva; remodelación, en los que aprovechando solo la estructura se transforman con gran libertad formal; o reinterpretación, inclusive, cuando lo que queda está tan deteriorado que hay que rehacerlo casi todo.

En el caso del Ex Molino de Belem y de nuestra reciente intervención (TDM + un servidor) aunque posiblemente predominen la revitalización y cierta reinterpretación, existieron todos los conceptos mencionados arriba. Desde la más ortodoxa restauración en los vestigios originales, hasta la remodelación y la incorporación de elementos contemporáneos -sostenibles y accesibles- en congruencia con el momento histórico en que vivimos. Quedará por verse en el corto plazo, la capacidad de contagio y regeneración urbana que el Ex Molino pueda provocar en lo que, tiempo atrás, fueran sus dominios. Comparto un croquis.

JVdM

*Fuente: Breves Apuntes para la Historia del Ex Molino de Belem, editado por la Secretaría de Seguridad Pública en 2009.

Con Perspectiva 20jun2012 / “Ex Molino de Belem (I)”

A finales de 2008 los arquitectos Cristina Téllez, Juan Doménech y Pablo Mondragón – TDM Arquitectos- me invitaron a colaborar en un proyecto fascinante como reto, y de cierto interés para nuestra ciudad. Aquí una breve reseña histórica a manera de introducción o primera parte.

El Ex Molino de Belem es un antiguo complejo cuyo origen se remonta a los tiempos de Hernán Cortés, y a su interés por la siembra de trigo y la explotación de molinos. Se trata de un sitio eminentemente patrimonial localizado al poniente de la Ciudad de México que, aunque quedó sepultado por el desbordante crecimiento urbano, es de gran importancia por diversos motivos que se originaron en la “vocación hidráulica” del lugar.

“Los ríos y arroyos encontrados en el poniente de la Ciudad irrigaban majestuosamente el Valle de México. Al norte encontramos el Río Hondo, Río de los Morales, Río Santa Fe, y Arroyo de los Dolores; y al sur, el Río Tacubaya que al pasar por la Villa de Tacubaya se juntaba con el río Becerra para formar el Río de la Piedad, el Río Mixcoac, Río Churubusco, Río San Ángel y Río Magdalena…” “En el área de Tacubaya y Chapultepec se asentaron varios Molinos como el de Nuestra Señora de Belem, el de la Cadena, el de la Castañeda, los de Valdés, el de los Morales, el de los Alfileres y el de Santo Domingo. Podría entonces interpretarse que los Molinos de Santa Fe, el de Santo Domingo y el de Nuestra Señora de Belem hayan sido los molinos de Cortés”.*

La historia del Ex Molino también conocido como Rancho de Coscoacoaco (lugar donde está el águila de collar o cabeza bermeja) ha sido muy azarosa, como es común en edificaciones que tuvieron origen en el siglo XVI. Lo más antiguo de lo que existe hoy es acaso de la primera mitad del siglo XVIII, un molino construido por Juan Ramírez de Cartagena, síndico del Ayuntamiento de la Ciudad de México quien solicitó en 1725 la concesión para beneficiarse de las aguas del Río de Tacubaya y explotar un molino de trigo. En 1735 vendió a Faustino Mexía quien quebró y remató la propiedad en 1742. En 1749 La Compañía de Jesús adquiere el Ex Molino pero en 1767 los jesuitas son expulsados de todos los dominios de la Corona española. En 1782 es adquirido por don Juan José de Oteyza y Vértiz (destacado geógrafo y matemático) pero la adquisición le trajo numerosos pleitos de distinta índole hasta que en 1792 perdió la propiedad y tuvo que cambiar nuevamente de manos. En 1806 el nuevo dueño fue el español don José María Fagoaga quien lo vendió en 1818 a don Felipe Miranda Avilés, custodiándolo hasta su muerte en 1831. Su mujer lo vendió a una Sociedad formada por la Sra. Benavides viuda de De la Torre e hijos. En 1861 lo adquirió el señor José Inés Salvatierra, cuyos descendientes vendieron a Enrique Gosselin y en 1874 pasó a manos de la Sociedad Benfield, Breker y Compañía. Hacia 1840 se rentó a la Sociedad Marshall y Compañía que se encargó de montar una fábrica de Papel que inició su actividad en 1841, liderada por Alejandro Marshall y Guillermo Benfield. Al poco tiempo, Benfield y su hijo Juan fundaron allí la Compañía Papelera Mexicana que, junto con la fábrica de Loreto en San Ángel, protagonizó los inicios de la actividad industrial de nuestro País. El Ex Molino fue muy conocido como la Fábrica de Papel de Belem.

El 17 de marzo de 1910 se vendió la Fábrica y sus terrenos al Gobierno Federal, cuya superficie comprendía alrededor de 190 hectáreas colindantes con la Hacienda de los Morales, el Panteón de Dolores, el Río Tacubaya y con terrenos de Santa Fe. Se ocupó para albergar actividades de la Industria Militar y fue confirmado en 1937 para el uso de la Dirección de Industria Militar, hasta 1954. En adelante se ocupó por diversas dependencias de gobierno que, mediante continuas modificaciones y cambios de uso, produjeron el deterioro que sufrió en el S.XX.

*Fuente: Breves Apuntes para la Historia del Ex Molino de Belem, editado por la Secretaría de Seguridad Pública en 2009.

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Con Perspectiva 13jun2012 / “Decoro”

La pregunta ¿qué tanto necesitamos para vivir? no puede hacerse fuera de un contexto económico, de desarrollo y de crecimiento, aunque aluda a necesidades de espacio habitable. Estos términos son inherentes a su vez a “tazas de empleo” y a metas “ocupacionales” que todo el tiempo se escuchan en la vorágine de promesas de los períodos electorales; reavivar la economía, echarla a andar, alcanzar tal o cual índice que presupone que el País esté mejor…que todos ganemos pues. Obreros, trabajadores, empleados, y de allí hasta los empresarios, omitiendo generalmente a los profesionistas, quizás porque se da por hecho que este perfil viene incluido en lo que se denomina clase media o media alta, esa que soporta (“aguanta vara”), financia, y produce aún más.

La constante falta de congruencia de las cifras que escuchamos día a día (cuentas que no cuadran, estadísticas incorrectas de fuentes imprecisas), dan a ver que, cada quien con sus números, estamos ya frente a dos dimensiones paralelas: una la de los hechos y otra la de  “como se comunican” los hechos, las acciones. Da la impresión de que lo más importante ya no es lo que se haga, sino como se comunica...

Amén de lo anterior y volviendo a la perspectiva de la arquitectura como posibilidad de una mejor forma de vida, la pregunta ¿qué tanto necesitamos para vivir?, no sólo atañe a la familia o a los enseres personales, - comida, vestido o herramientas de trabajo- sino a un conjunto de condiciones que trascienden a la vivienda como célula urbana por excelencia: salud, paz, seguridad, educación, cultura…espacio público, ciudad, país, y mundo, por supuesto.

La “máxima mínima” (término por Jardiel Poncela en su “Libro del Convaleciente”) de  Serge Latouche, “la gente feliz no suele consumir” deriva inmediatamente en la pregunta sarcástica: ¿sin consumismo puede haber bienestar? Se trata de un cambio de paradigma inminente, que puede modificar acaso el concepto de habitabilidad materializado en la posibilidad de una mejor vivienda en términos patrimoniales y de calidad de vida; se trata de redefinir “tanto”, como término cualitativo, y no cuantitativo. Es allí donde hay mucho por hacer.

Aterrizando la reflexión, hemos trabajado desde hace algún tiempo en ejercicios que tienen que ver con la búsqueda obsesiva de  optimizar medidas mínimas para que algo se pueda habitar (tanto en espacio como en materiales). En las escuelas de arquitectura supuestamente enseñamos eso, sin embargo, una medida mínima, o máxima también, por qué no, son parámetros insuficientes para cualificar un espacio habitable. Además de orientación, iluminación o ventilación, por ejemplo, todavía no hay norma, o quien califique posibilidades de amueblado de los espacios cuando al fin y al cabo, el amueblado es el verdadero uso del espacio, como repetía insistentemente Antonio Attolini Lack en las aulas.

En diciembre de 2010, El País publicó una entrevista al arquitecto José Rafael Moneo (Tudela, España  1937) –único Premio Pritzker español a la fecha- que me resultó memorable y ahora muy oportuna por el adjetivo que encontró para hablar de su arquitectura: “decorosa”. Decoro, al pie de la letra significa honor y respeto que se debe a una persona. “es también sinónimo de decencia y de dignidad.”, explicaba Moneo en su entrevista. Seguidamente se refirió a su hogar como una casa pequeñita que “en su modestia era ejemplar”, y a la pregunta de por qué no había querido diseñarla respondió que no lo ha hecho por la prudencia “de que si encuentras algo con lo que estás cómodo no hace falta más”.

El término decoro, aunque puede carecer de objetividad todavía, funciona muy bien para acercarnos a la respuesta de la pregunta inicial. Dijo Sir Norman Foster: “más vale una buena ciudad que una buena casa”, y en ese escenario, no necesitaríamos tanto para vivir, si redefinimos “tanto”.

JVdM

Con Perspectiva 06juni2012 / “Moderación”

Retomando la reflexión sobre el concepto de lo sostenible como adjetivo de lo habitable, y como forma accidental del desarrollo que escapa a cualquier moda pasajera, parto en esta ocasión desde la definición básica del desarrollo sostenible, como todo aquel “que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades” (Comisión Brundtland – ONU 1987). Todo aquello que no compromete a las futuras generaciones, simplificando más aún,  me lleva ahora a pensar en la “moderación” como término virtuoso que se ajusta a la definición inicial. Si algo compromete a las futuras generaciones y a ese algo se le aplica moderación, probablemente solo estaríamos “dilatando” un supuesto daño comprometedor del futuro, pero no es el caso, si caemos en la cuenta de que lo que estamos comprometiendo se deriva precisamente de la falta de moderación.

Escuchando a Miguel Angel Mancera el pasado 9 de mayo en la Universidad Anáhuac del Sur, me llamó la atención que en más de una ocasión recurrió a la “toma de conciencia” de la gente para lograr sus -o nuestros- objetivos. Por ejemplo, citó al alcalde colombiano que demostró que se podía bañar perfectamente bien con 16 litros de agua, y buscando el dato encontré otro ejercicio- demostración que ya se hizo aquí en marzo de 2011, promovido por el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del Distrito Federal en la Plaza de la República, en el que dos personas se bañaron y, dependiendo de sus hábitos (poner cubeta en lo que se calienta el agua o cerrar el agua mientras se enjabona) una gastó 40 litros de agua y la otra 140 en 6 minutos…Aquí la cosa es cómo le podría hacer el gobierno para avanzar en esa toma de consciencia; tendría que encontrar algún tipo de estímulo quizás, pero creo que allí la cosa está más bien en uno. Reconozco que me resulta más interesante la caída del veinte colectiva o el fenómeno sociológico quizás. Ahora bien, así el reconfortante baño de agua caliente, como el uso del automóvil, representan cierta comodidad “difícil de sacrificar”; salir de la zona de confort. En alguna ocasión, en un tráfico espantoso imaginé una iniciativa de un día adicional de “hoy no circula voluntario”, una ingenuidad abismal, pero estoy seguro que es la dirección que tendremos que tomar más pronto de lo que imaginamos. Navegando por internet a propósito del ahorro de agua  y de la comodidad encontré una ducha un tanto singular –“genial”- que está diseñada para ayudarnos a ahorrar agua. Tommaso Colia, un diseñador milanés de gran ingenio,  se le ocurrió esta idea: ¿por qué no hacer una ducha con un suelo que a medida que gastamos agua se torne más incómodo? (Ya desarrolló su prototipo Eco_drop shower…!).

Aquí la pregunta sería más bien si la moderación tiene que ser un sacrificio. Yo creo que no, en el entendido de su definición: “ajuste o disminución de lo que se considera excesivo”, “eliminar o disminuir los extremos en busca del equilibrio”, entonces, ¿desarrollo moderado?

Serge Latouche, el famoso economista e ideólogo del decrecimiento, ubica perfectamente, con anterioridad y anticipación estas reflexiones. Si el mundo y sus recursos no son infinitos, ¿porqué tendría que serlo el crecimiento económico? “El crecimiento ha dejado de ser una manera de satisfacer necesidades reales para devenir como finalidad en sí mismo...”. Si bien su visión puede considerarse como extremadamente crítica del mundo actual (“la gente feliz no suele consumir”), vale la pena caer en la cuenta de que estamos llegando a un punto en el que es más fácil sobrevivir sin comida que sin celular. En este sentido, y para terminar a manera de primera parte esta columna por lo complejo del tema, me quedo con la tarea –acaso posible- de separar las ideas de desarrollo y crecimiento a partir de otra pregunta: ¿qué tanto necesitamos para vivir?

JVdM

Con Perspectiva 30may2012 / “Tomás Sanabria y la arquitectura tropical”

Conocí providencialmente Al Arq. Tomás José Sanabria (Caracas 1922 – Caracas 2008) en el verano de 2006; a sus 84 años gozaba de gran salud y de mucha energía. Alumno de Walter Gropius y compañero de I.M.Pei en Harvard, fue arquitecto del mítico Hotel Humboldt de Caracas, en la cima del Parque Nacional “El Ávila” –una cordillera que separa a la ciudad del litoral, un bello escenario- y autor de una obra arquitectónica emblemática para Venezuela (el Banco Central, la Biblioteca Nacional, o el Conjunto Electricidad, por mencionar solo algunas). En noviembre del mismo año estaba recibiendo, aquí en México, la primera Medalla Antonino Attolini Lack por parte de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Anáhuac México Sur. Un acierto mayor.

Recordar este evento memorable tanto para un servidor como para la escuela, puede ayudar –es la idea- a reflexionar sobre el estado de las cosas y sobre un futuro al fin y al cabo  todavía incierto para nuestras ciudades.

La conferencia que impartió para recibir su premio abordó 7 temas fundamentales del quehacer arquitectónico que vale la pena recordar casi 6 años después: “trópico mandatorio”, “aceras y ciudad”, “la ciudad como hecho político”, “arquitectura y psicología”, “arquitectura y diseño urbano”, “sketches”, y “volar y planificar”. Intentaré hacer un destilado de la magistral ponencia:

En el trópico mandatorio se refiere a la “arquitectura tropical” término que en primera instancia remite a la costa o a la playa, pero que en realidad alude a la franja entre los trópicos de cáncer y de capricornio; las condiciones del clima y una reflexión sobre la globalización: ¿por qué importar arquitectura nórdica para ponerla en la costa del Pacífico (trópico)?...eso ya pasa todo el tiempo, un despropósito. En las “aceras” (banquetas) refrenda la invasión del automóvil a una ciudad históricamente peatonal reiterando que privilegiar al peatón y al ciclista es garantizar una mejor formad e vida. La Ciudad como hecho político alude a la vorágine de problemas derivados del crecimiento urbano desbordante (movilidad, agua, basura, seguridad, etc.) y en la relación de arquitectura y psicología reflexiona sobre el respeto hacia el cliente y al usuario como valor supremo de nuestro oficio. Arquitectura y diseño urbano se presentan como indisolubles, ya que no “debe” existir el uno sin el otro. Los “Sketches” de Sanabria son un portento; croquis de viaje y de estudio que superan a las fotografías en su expresión representando un verdadero contagio de la pasión y del cariño por el oficio para los estudiantes; y por último el “vuelo” como punto de vista privilegiado para comprender cualquier asentamiento humano…Tomás Sanabria tuvo el privilegio de pilotear su avión propio durante años…antes del Google Earth.

Durante su estancia en la Ciudad de México Sanabria visitó la Casa Attolini, con un desayuno inolvidable,  la Casa Luis Barragán, el Museo Tamayo y el Colegio de México, de Teodoro González de León. Cuando nos aproximamos al Colmex se mostró particularmente exultante. Brincó del coche y reconoció la verdadera “arquitectura tropical” que siempre promovió: sombra provocada por el manejo de pérgolas, parteluces, concreto expuesto –en este caso martelinado-, y sobre todo la calles y plazas interiores que generan diversos lugares de encuentro. Quedó notablemente maravillado allí…Revisar la obra y el legado de Tomás José Sanabria, seriamente tropical como tanto insistía, ayuda a distinguir problemas y soluciones compartidas ciertamente con Latinoamérica. La globalización no implicaría desoír las coordenadas nuestras, y el bienestar anhelado en el espacio público no debería imaginarse sin arquitecturas de calidad, y por consiguiente propias.

JVdM

Con Perspectiva 23may2012 / “XII bienal de Arquitectura Mexicana en Durango”

Hace un par de meses el Arq. Mario Schjetnan Garduño me propuso dar una conferencia sobre el Bebeleche Museo Interactivo de Durango, en el marco de la XCI Asamblea Nacional de Arquitectura de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana (FCARM), que este año tuvo lugar en Durango la semana pasada, bajo el lema "Por una Arquitectura Responsable" y "Cambiando Paradigmas". Acepté con gusto y el Colegio de Arquitectos de Durango -sede organizadora- formalizó la invitación amablemente a través de su presidencia. Se trata de un evento que vincula a la sociedad y a las autoridades con los arquitectos de todo el país, y que además de presentar exposiciones, conferencias y paneles de expertos, organiza la Bienal de Arquitectura Mexicana desde hace 24 años.

Durango es una ciudad  donde la luz y los cielos azules son protagonistas, aunque en esta ocasión llamó más la atención la afortunada ausencia de propaganda política en las calles –me brinco la lectura que a esto se quiera dar-.

El recinto en donde tuvo lugar el evento fue un centro cultural y de convenciones bien acondicionado, en lo que fuera un hospital civil proyectado a finales del siglo XIX.  Cierto ejemplo de re-utilización de un edificio patrimonial. En este contexto se presentaron a su vez, la noche del pasado jueves, la exposición y la premiación de la XII Bienal de Arquitectura Mexicana, en un jardín que custodia una serie de murales de cantera con bajo relieves que muestran la historia de Durango, y que sirvieron de escenario para la ceremonia que inició con la premiación de un concurso local para un “Hito Urbano” conmemorativo de los 450 años de la fundación de la Ciudad, ganado por los duranguenses Eugenio Soto y Ángel Leopoldo Orrante. Acto seguido, la XII Bienal reconoció la producción arquitectónica de los últimos dos años (sin duda una magnífica selección de entre 361 despachos de arquitectura participantes) mediante la entrega de menciones Honoríficas y Medallas de Plata a obras y proyectos en 31 categorías, y un gran premio y medalla de oro que en esta ocasión fue para la Restauración del Antiguo Convento de Santa María Magdalena de Cuitzeo de los arquitectos Carlos A. Salomón Madrigal y Philippe De Reiset.

El hecho de premiar a una obra de restauración con la medalla de oro, puede advertirse como un mensaje acaso oportuno que busca comunicar que el premio puede obtenerse desde cualquier género y escala, y anima a la reflexión del oficio no solo como obra nueva sino como re-utilización, además de la salvaguarda del patrimonio arquitectónico, por supuesto.

El Arq. Eduardo Torres Alanís –comisionado para la celebración de las bienales nacionales de la FCARM-  dio lectura a una serie de recomendaciones del jurado a considerar para las próximas bienales, de las que resonaban el cuestionamiento de mantener la categoría de trabajos académicos, la contextualización de las obras para evitar caer en simples concursos de fotografía, o incrementar la atención en temas de sostenibilidad también. Yo agregaría, como lo sugerí al final de mi conferencia, que se considere mucho más al usuario en la decisión los premios. 

 

Pude percibir en Durango un ambiente muy favorable para el intercambio de ideas y la difusión o el conocimiento de la nueva arquitectura que se está haciendo en México, posiblemente  más liberada de su pasado inmediato y de cierta búsqueda que parece apuntar hacia la moderación y la sensatez que reclama nuestro tiempo.

Independientemente de las conclusiones que se deriven de esta Asamblea Nacional de Arquitectura y que seguramente serán dadas a conocer por la FCARM, aquí mi agradecimiento por la invitación y por su gran hospitalidad. Enhorabuena y felicidades a todos los ganadores.

JVdM

Con Perspectiva 16may2012 / “Voto habitable”

Queda claro que cuando eliges una opción de las que se te presentan en la boleta electoral no quiere decir necesariamente que estás votando por un candidato o por un partido, simplemente expresas qué es lo mejor para el futuro de nuestro País y para los tuyos según tú, y ya. Democracia incipiente e imperfecta quizás, pero “esto es lo que hay”, como dirían Los Amigos Invisibles. Así, en cierto tono que confunde y aligera la natural preocupación para las próximas elecciones federales, estamos ante un difícil voto razonado…

Si tomamos el término de habitabilidad como esencial de la arquitectura, es natural que nuestra perspectiva para elegir a nuestros gobernantes esté dirigida en dicho sentido, en el entendido por supuesto, de que la seguridad nacional, es un tema sinónimo de la “habitabilidad nacional” si se quiere. Dicha habitabilidad, que los arquitectos comprendemos casi como si fuera de nuestra propiedad o autoría puede funcionar para la decisión que habremos (ciudadanos todos) de tomar dentro de poco más de un mes. Sin importar el orden, podemos asentir en que la habitabilidad contiene temas como seguridad, medio ambiente, economía, educación y cultura, y todo lo que se puede entender como “condiciones para vivir”, aunque el voto implique también un anhelo de condiciones para trabajar, en muchos casos.

El Arq. Pedro Garza de Yta, ya comentaba durante su reciente conferencia magistral en nuestra Escuela de Arquitectura que hay personas que viven en donde quieren, otras que viven en donde pueden, y muchísimas otras que viven donde no quieren. Para todos, pero particularmente para el último grupo el espacio público es una necesidad vital; sustancia del ámbito metropolitano, cambia la escala del territorio nacional al local y aquí cabe la reflexión sobre el destino de nuestra ciudad. Lo que nos preocupa en esta especie de zoom son los temas de habitabilidad en cuanto a movilidad, agua, basura, energía o seguridad (también), (mismo orden que eligió Miguel Ángel Mancera para su reciente exposición en la Anáhuac del Sur), aunque como país podamos estar atentos a los citados más arriba.

Tuve la oportunidad de escuchar en vivo a los 4 candidatos por separado al Gobierno del DF en la misma Universidad. En este caso, independientemente de sus propuestas, de sus fortalezas o de sus debilidades, dio la impresión de que tres hablaron desde el pizarrón y otro desde la cancha, a saber, aunque todos coincidieran en muchos “cómos”.

De la vorágine de los temas, uno grande que (siempre) suena particularmente bien es el de la re-densificación –vertical de uso mixto- de la ciudad como estrategia urgente para frenar la expansión de la mancha urbana y mitigar así todos los problemas de desplazamientos que esto significa (nada nuevo, el antiguo bando 2…), lo malo es que lo “expandido” es irreversible, y esa es una de las tragedias resultantes de la democracia: el asentamiento informal. “favelas” en Brasil, “ranchos” en Venezuela, “comunas” en Colombia, “tugurios” en El Salvador o Costa Rica, “villas miseria” en Argentina, “barracones” en Perú, “cantegriles” en Uruguay…“paracaidistas” en México, invasiones. La planeación urbana es inversamente proporcional a la democracia en ese caso, pero algunas ciudades Latinoamericanas han demostrado que esto es relativo porque la informalidad se formaliza (son votos) y se convierte en una oportunidad de mejoramiento urbano múltiple, extenso, con arquitectura y urbanismo de calidad (imposible no mencionar el caso de Medellín en Colombia) a partir del espacio público como la posibilidad de una mejor forma de vida...

JVdM

Con Perspectiva 09may2012 / "Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México – Sociedad de Arquitectos Mexicanos CAM·SAM"

El pasado 26 de abril se llevaron a cabo las elecciones del Consejo Directivo 2012-2014 del CAM·SAM (Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México y Sociedad de Arquitectos Mexicanos). Los candidatos a presidente fueron los arquitectos: José Luis Cortés Delgado, Rodolfo Díaz Covarrubias Castillón, Pedro Garza de Yta y Fernando Méndez Bernal, este último ganador de la elección y por consiguiente próximo Presidente a partir del primero de junio del presente año.

Puedo hablar de nuestro Colegio de Arquitectos a partir del 2006, año en el que ingresé como miembro de número durante la gestión del Arq. Juan Kaye. Él logró, entre otras cosas seguramente más importantes, derribar la imagen que (un servidor y una gran cantidad de colegas) tenía del Colegio; lo hizo mediante el constante acercamiento que tuvo con las Escuelas de Arquitectura apostando por los jóvenes. Al terminar su período fue relevado por el Arq. Guillermo Cramer, quien tuvo una gestión destacada y propositiva (2008-2010) impulsando diversos proyectos de ciudad con visión sostenible, y en 2010 el relevo estuvo a cargo del Arq. Arturo Aispuro Coronel, actual Presidente, que concluirá su gestión el último día de este mes. Vehemente e impetuoso desde que le conocí en 2006, cuando llegara a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, no ha hecho poco al frente del Colegio: además de poner en escena la agenda del CAM·SAM principalmente con dos exitosos congresos internacionales los días 1º de Octubre (día internacional del arquitecto), Arturo Aispuro resume su gestión en la producción de un documento titulado “Proyecto de Gran Visión”, resultado del trabajo intenso de tres talleres con destacados arquitectos colegiados y no colegiados, cuyo objetivo es lograr que el CAM·SAM sea una institución sólida que responda a las necesidades presentes y futuras de sus agremiados. El documento está conceptualizado para trascender la inmediatez del bienio con una visión de largo plazo.

El presente clima electoral, recientemente exacerbado con el pasado debate del domingo, ha propiciado una toma de consciencia y de caída del veinte particularmente en lo que toca a la capacidad y a la preparación de los candidatos que pretenden gobernarnos.

En este contexto, y con la intensión de incrementar la insuficiente participación del gremio en el escenario metropolitano, el actual Consejo Directivo ha promovido una iniciativa que considero no solo pertinente sino muy oportuna: una reunión, posiblemente en formato de debate también, con los 4 candidatos a la Jefatura del Gobierno del DF en la que los arquitectos, haciendo nuestras las preocupaciones de la ciudadanía, proponemos 10 preguntas muy bien formuladas en los siguientes temas:

1. Planeación participativa y democrática.

2. Profesionalización del Servicio Público.

3. Planeación, gestión eficaz y combate a la corrupción.

4. Ciudad verde y sustentable.

5. Más y mejor transporte público.

6. Mitigación de los impactos urbanos y mejoras al entorno.

7. Integración metropolitana y regional.

8. Vivienda digna y equipamiento social.

9. Imagen urbana y espacio público digno y transitable.

10. Protección del patrimonio histórico y cultural.

Con altas expectativas de escuchar los anhelados “comos”, y en el entendido de que los arquitectos podemos y debemos contribuir con nuestro trabajo al desarrollo de las ciudades y a una mejor forma de vida, se tiene previsto presentar para esta ocasión los resultados de la convocatoria de ideas “México 2030, una Visión de Ciudad” que el Colegio llevó a cabo recientemente y que no se ha publicado aún. Suena bien.

Hablar del Colegio de Arquitectos implica revisar una agenda sumamente extensa de todo lo que implica a nuestra práctica profesional: participación ciudadana, actualización y competencia profesionales, aranceles, marco jurídico, la misma culturalización del gremio o la promoción de una urgente “ley de proyecto público”, por mencionar solo algunos renglones. Por vía de mientras, mejor hacer votos por consolidar lo avanzado a la fecha con nuestra enhorabuena para el próximo Consejo Directivo 2012-2014.

JVdM

 

Interesados en las iniciativas del Colegio de Arquitectos aquí el link:

http://www.colegiodearquitectosdelaciudaddemexico.org/